Uno de los destinos exóticos y más interesantes que deberíamos visitar por lo menos una vez en la vida es Pamukkale o como bien lo traduce su nombre “Castillo de Algodón”. Esta maravilla de la naturaleza está ubicada en Turquía y es uno de los destinos favoritos de los turistas quienes vienen para ver ante sus ojos la sorprendente formación de sus cascadas blancas de aguas color turquesa que emergen de los manantiales de aguas termales curativas. Debido a su importancia y exuberante belleza fue declarado en 1988 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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Dónde está ubicada
Pamukkale es un lugar ubicado el suroeste de Turquía. A tan sólo 19 kilómetros de la ciudad industrial de Denizli, exactamente en el valle del río Menderes cerca de las ruinas de la ciudad de Hierápolis.
El origen de su formación
Las aguas termales de Pamukkale que emergen de sus manantiales con altos componentes de calcio hacen que se produzca este verdadero espectáculo ante nuestros ojos formando piscinas o pozos naturales de piedra caliza travertino que da la sensación de «cascada de hielo».
Su formación se dio debido a los constantes movimientos telúricos en la cuenca del río Menderes ocasionando la aparición de estos pozos de aguas termales. El alto contenido de minerales, en especial de calcio, bicarbonato y creta (material del que están hechas las tizas), ocasionaron que la apariencia tome ese característico color y forma.
Los constantes terremotos provocaron grietas entre las fallas produciendo que emerjan de ellas las aguas y la desaparición y aparición de nuevas fuentes de aguas termales. Hoy en día brotan más de 250 litros de esta agua por segundo que corren por sus laderas y cascadas.
Los estudios del tipo de roca que compone el lugar nos da una idea del período al cual pertenece su formación. Entre las rocas encontramos mármoles, cuarcitas y esquistos que tienen origen en el Plioceno y en la era Cuaternaria.
Pamukkale: Patrimonio de la Humanidad
La UNESCO declaró el lugar como Patrimonio de la Humanidad en 1988. Deberíamos decir que fue un rescate a Pamukkale, debido a que el lugar estaba bastante descuidado y maltratado por la misma inconciencia de los visitantes y empresarios. Muchos hoteles de la zona encontraron la forma de ofrecer en sus servicios piscinas que fueron llenadas por estas aguas termales produciendo que muchos pozos se secaran. Muchas personas llegaban de forma masiva a bañarse utilizando productos de aseo personal y caminaban con zapatos.
Debido a esta situación se puso orden y se le dio a Pamukkale el carácter de área protegida y sólo esta permitido bañarse durante algunas horas al día. No está permitido permanecer o bañarse en todas sus cuencas; sólo como dijimos anteriormente hay un área asignada para el público en general. Dentro del rescate del lugar se le hicieron modificaciones y algunas edificaciones hoteleras fueron derrumbadas para dar paso a un sistema que permite reciclar el agua, darles acceso a los visitantes y evitar que se desperdicie el agua.
Pamukkale y sus aguas termales
Esta maravilla natural de Turquía no sólo nos ofrece un verdadero espectáculo de la naturaleza ante nuestros ojos, que atrae a muchos amantes de la fotografía, sino que el poder curativo de sus aguas termales. Muchas personas con enfermedades respiratorias como el asma o con problemas de reumatismo, las utilicen como terapia.
Las ruinas de Hierápolis
Pamukkale comparte vida con las ruinas de una de las más grandes ciudades romanas Hierápolis. Estando allí aprovecha para visitarla; puedes subir hasta lo alto de la montaña y disfrutar de entre los restos de esta antigua civilización. El lugar es muy visitado por turistas así que puedes recorrerlo a tu antojo ya que todos los monumentos arqueológicos están señalados y contienen boletines informativos.
Estando allí podemos visitar el anfiteatro y sentarnos en sus gradas. Eso sí, recuerda que la zona es muy calurosa, en especial en época de verano, así que no olvides llevar gafas de sol, sombrero, hidratación, zapatos cómodos y protector solar.
Valió la pena llegar hasta Pamukkale
La respuesta a esta pregunta es Sí. Estar en ese lugar es una experiencia única y también es un lugar muy seguro. Tal vez estás pensando que la formación rocosa de sus piscinas naturales es resbaladiza y podría ocasionarte un accidente. La verdad es que es todo lo contrario. El agua fluye entre nosotros y no hay peligro de resbalar, ya que la piedra es áspera y no corremos ningún peligro.
Otra de las cosas por las que deberíamos venir aquí es por el paisaje o la fotografía natural que nos transmite el reflejo de la luz del día sobre las aguas… todo un espectáculo de colores ante nuestros ojos. Las horas del atardecer reflejan una vista que es considerada como una de las más hermosas de todos los paisajes del planeta.
Cómo llegar a Pamukkale
Si viajas desde España o desde el resto de la Unión Europea deberíamos tomar un vuelo hasta Estambul. Desde esta ciudad hay vuelos diarios y directos hasta Denizli con una hora de duración. Luego y dependiendo de tus posibilidades podemos alquilar un vehículo particular con GPS y trasladarnos a nuestro libre antojo hasta Pamukkale. También podemos tomar un autobús, pero debes prepararte porque el recorrido dura unas 8 horas aproximadamente.
Te recomendamos que reserves con anticipación tu estadía en Pamukkale, debido a que el lugar atrae turistas de todas las latitudes. El lugar está abierto desde las 08:00 de la mañana hasta las 20:00 horas. Se cobra un precio por entrar que incluye la visita a las ruinas de Hierápolis.
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