Los rohingyas son un grupo étnico nativo de una región que pertenece a la República de la Unión de Myanmar (Myanmar o Birmania), situada en los límites con Bangladesh. Aproximadamente un millón de rohingyas han estado ubicados durante varios siglos en dos municipios del estado Rakáin: Maungdaw y Buthidaung. Además, se pueden encontrar en los municipios: Akyab, Rathedung y Kyauktaw.
El idioma de esta comunidad es el Rohingya es un dialecto diferente del que normalmente se habla en Myanmar. Este grupo étnico no está incluido en los 135 grupos oficiales de la antigua Birmania. El gobierno considera a los rohingyas inmigrantes bengalíes, sin embargo, estos atestiguan ser descendientes de comerciantes árabes que están en el país desde el siglo VIII.
El 90% de población de Myanmar es budista y un 4% de es musulmana, dentro de este porcentaje se encuentran los rohingyas, que por años han sido víctimas de violencia y represión. Esta situación fue originada por los enfrentamientos que tuvo este grupo étnico contra los budistas, con apoyo de Reino Unido y Japón, en la II Guerra Mundial.
Desde el año 1982, se les ha inhabilitado la ciudadanía en el país y únicamente tiene permiso para vivir en el estado Rakáin, situado al oeste del país, sin autorización para salir de este territorio. Siendo esta zona una de las más pobres de Myanmar.
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Limitaciones sociales a los rohingyas
Estas personas han sido marginadas en su sociedad y se les vulneran varios derechos humanos en el país tales como: la movilidad o el poder casarse libremente, así como poder tener tierras o propiedades. También reciben algunos con restricciones, entre ellos la educación, la salud y el empleo.
En los últimos años, se han creado varios grupos terroristas que han realizado atentados, como el denominado Ejército de Salvación Rohingyá de Arakán (ARSA por sus siglas en inglés). Esto ha provocado que grupos extremistas budistas y el ejército de Myanmar atenten de forma brutal contra la población rohingya.
En el año 2012 se acrecentaron las tensiones entre los rohingyas y los grupos budistas. Además, los sucesos ocurridos en 2016, donde grupos armados atentaron en comisarías policiales y provocaron que se desatara una represión extrema en contra de la comunidad rohingya, catalogada como terrorista.
Una tragedia que dura décadas
La misión de la ONU en Myanmar ha recogido testimonios de rohingyas que incluyen la destrucción de pueblos completos, la realización de ejecuciones extrajudiciales, y otros abusos o violaciones y agresiones físicas que tienen como objetivo que estas personas se marchen del país sin la intención de regresar a sus hogares.
El número de víctimas, así como la magnitud de los daños ocasionados en la zona es difícil de constatar, debido a que el acceso de la prensa y los medios de comunicación a Rakáin es restringido. Los rohingyas han sido perseguidos, maltratados y asesinados durante décadas en el territorio de Myanmar, esta situación ha provocado que muchas de estas personas emigren hacia varias partes del mundo o mueran en el intento por tratar de alcanzar el respeto a sus derechos humanos y su libertad.
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