Desde que sufrió la colonización por las potencias extranjeras, sus tierras no han dejado de ver sangre derramada y no han disfrutado ni de unos pocos años seguidos de paz y tranquilidad, ya que, además de las guerras, tienen una enorme deuda creciente con los principales países del mundo desarrollado.
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Guerras provocadas por la descolonización
Después de que entraran las potencias europeas en el continente, dividieron el continente entero según sus preferencias y necesidades, separando y enfrentando a diferentes tribus y comunidades. Sin embargo, fue después de la descolonización cuando las guerras más sangrientas empezaron entre los países de África e, incluso, dentro de los mismos, creándose auténticas guerras civiles, ya que los europeos habían dejado unas fronteras físicas entre los países, las cuales no se corresponden con la realidad cultural e histórica del continente africano.
Una de las mayores guerras de toda la historia de la humanidad se produjo en Ruanda, donde se llevó a cabo una auténtica masacre de miles de personas con motivos raciales, ya que se enfrentaron dos etnias, las de los hutus y los tutsis. Esta guerra, además de involucrar a la población de Ruanda, influyó a todos los países cercanos como Uganda, el Congo o Sudán, provocando la migración de miles de refugiados, los cuales todavía no han encontrado la estabilidad y la seguridad.
Después de la descolonización de los países africanos, se produjo un gran número de guerras internas por el poder del gobierno, ya que los grupos étnicos de mayor representación eran los que llegaban generalmente el poder y seguían la tendencia de la opresión a los grupos minoritarios, como ocurrió en Sudáfrica, en Costa de Marfil o Ghana, algunos de los países de una larga lista.
La explotación de los recursos
Todo el continente africano no ha podido recuperarse de los conflictos y de las guerras que lo han asolado porque estos se perpetúan sin llegar a un fin o a la ansiada paz, esto se debe a que existen numerosos intereses políticos y económicos en el continente por parte de las principales potencias del considerado primer mundo, así como de las empresas multinacionales más importantes del mundo entero, donde encuentran en África una fuente, todavía inagotable, de recursos de todo tipo a unos precios mínimos no regulados.
Uno de los mayores conflictos es el que sigue creciendo en la República Democrática del Congo, que empezó en el siglo pasado y sigue, hoy en día, matando a miles de personas. La razón de este conflicto se encuentra en la explotación de valiosos recursos minerales como el coltán, muy demandado en toda la industria tecnológica. Las empresas y los gobiernos de los países presentes en la RDC, para llevarse todos los recursos, siguen promoviendo el conflicto entre las distintas tribus y comunidades para que estas se enfrenten, y así, no haya estabilidad política ni regulación económica.