Los trastornos alimenticios son enfermedades mentales que pueden aparecer a cualquier edad, siendo más usuales en el periodo comprendido en la adolescencia. Se trata de desórdenes que afectan a la ingesta de comida y a la autoimagen que uno posee sobre sí mismo, sobre su imagen corporal.
Los trastornos alimenticios son propios de las sociedades contemporáneas, en las que la imagen que especialmente los jóvenes reciben se sustenta sobre ideales que son imposibles de alcanzar. Como consecuencia, durante muchos años su tratamiento ha ido enfocado a fomentar una dieta específica, obligando a los pacientes que sufrían estos trastornos a «aprender a comer» o ingerir las cantidades necesarias de alimentos únicamente desde el punto de vista nutricional.
Por este motivo, estos tratamientos no son del todo efectivos. El equipo de psicólogos en Barcelona de la Clínica Art, especializado en el tratamiento de los TCA, recomienda focalizar los esfuerzos en aumentar la autoestima y mejorar las relaciones personales en lugar de concentrarse en controlar la comida, ya a que este enfoque solo aumenta los síntomas de dichos trastornos alimenticios. Se trata, en definitiva, de ir al centro del problema, a la imagen que uno se forja sobre sí mismo, para intentar atajar el problema de raíz.
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Qué son los trastornos alimenticios
Desgraciadamente, los trastornos alimenticios son trastornos comunes que suelen comenzar en la adolescencia (aunque depende de cada caso) y, de no ser tratados, se alargan en el tiempo, poniendo en peligro la vida del paciente que los sufre.
Anorexia
La anorexia es el trastorno menos usual, pero también el más visible y peligroso. Se trata de un trastorno sustentado sobre una imagen degradada de uno mismo, que se percibe como alguien con sobrepeso incluso cuando está muy delgado. Esto provoca que las personas con anorexia rechacen la ingesta de alimentos o, en caso de no poder evitarlo, reduzcan severamente las cantidades.
Bulimia
A diferencia de la anorexia, las personas que parecen bulimia se alimentan mediante grandes atracones para, posteriormente, provocarse el vómito o utilizar mecanismos que obliguen a la expulsión de dichos alimentos del cuerpo. Es corriente que las personas con este trastorno se obsesionen con el ayuno, la práctica deportiva o incluso los laxantes.
Trastorno de atracones
En este caso, el afectado no experimenta una ausencia de nutrientes, sino una ausencia de control. Las personas que sufren trastornos de atracones ingieren una elevada cantidad de alimentos en un periodo muy corto de tiempo, incluso después de estar saciados. A continuación experimentan sentimientos de vergüenza o culpa, y se maltratan psicológicamente por ello. Es propio de personas con sobrepeso que no pueden abandonar estos hábitos.
Tratamiento de los TCA
Al igual que suele ocurrir con otros problemas asociados a la salud mental, el estigma social que arrastran los TCA provoca miedo y vergüenza, razón por la cual muchos afectados no buscan la ayuda que necesitan. A ese problema se unen otros, como el hecho de que los adolescentes sean quienes más experimenten estos problemas (un colectivo que, debido a su conducta rebelde, intenta ocultar cualquier signo evidente) o que vivamos inmersos en una cultura que promueve la objetivización del cuerpo, provocando que muchos trastornos pasen desapercibidos.
En este sentido, es fundamental acudir a especialistas una vez que se hayan detectado estos problemas, ya que no solo son un peligro emocional, sino también físico.
Muy buena información