En el verano de 2015 el grupo de seis potencias compuesto por Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llegó a un acuerdo histórico con Irán. Mediante este tratado, las sanciones impuestas por Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea serían levantadas de forma progresiva si Irán reducía su arsenal nuclear y aceptaba inspecciones periódicas de sus instalaciones.Las condiciones del convenio hacían imposible que Irán pudiera fabricar una bomba nuclear, limitando las restricciones a un plazo de quince años.
Este acuerdo ha estado vigente durante tres años, hasta que la irrupción de Donald Trump en la Casa Blanca ha llevado a la retirada de Estados Unidos del mismo. Pero ¿a qué se debe la firme oposición del dirigente estadounidense a un tratado que ha funcionado durante varios años y no sin dificultades?
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Las razones de la oposición de Donald Trump
En primer lugar, el acuerdo entre Irán y las potencias internacionales supuso uno de los mayores logros del mandato del demócrata Barack Obama, uno de los mayores enemigos políticos de Trump. Desde que tomó el poder, el millonario tejano se ha caracterizado por criticar de forma demoledora todas las iniciativas desarrolladas por Obama en los años anteriores.
En segundo lugar, Trump ataca el acuerdo pues no incluye entre sus puntos el programa de misiles iraní y no impuso restricciones al apoyo de Teherán a grupos extremistas como el libanés Jezbolá. Además, el gobernante norteamericano considera que el acuerdo “arrojó un salvavidas político y económico a la dictadura iraní”, dicho en sus propias palabras.
Por último, el apoyo expreso de Trump al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, tiene también bastante relación con el rechazo al acuerdo. Israel mantiene una línea muy dura de negociación en todos los asuntos concernientes a Oriente Medio e Irán es uno de los países más afines a las pretensiones palestinas en el territorio.
¿Y ahora qué va a pasar?
Tras la retirada de EEUU del acuerdo los analistas coinciden en que se ha iniciado un período de gran incertidumbre en las relaciones internacionales con Irán. Trump ha manifestado en diversas ocasiones que es partidario de negociar un nuevo acuerdo pero no parece fácil llegar a ningún consenso entre las dos potencias con los mandatarios actuales.
La situación actual afectará, sin duda, a empresas no estadounidenses que estén haciendo negocios en la actualidad con Irán, quienes pueden llegar a ser sancionadas por el gobierno norteamericano.
Y, por otra parte, la decisión de Trump es un eslabón más en la cadena de desencuentros con Europa, que no parece tener fin. Las potencias europeas parecen coincidir en mantener el acuerdo por lo que esto añadirá aún más tensión en las relaciones entre EEUU y Europa.
Por último, la retirada de Estados Unidos puede derivar en la conclusión del acuerdo alcanzado con Irán, lo que tendría consecuencias imprevisibles: la menos deseada sería una aceleración del programa nuclear iraní, tras un período de relativa tranquilidad.