El presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció medidas de emergencia para controlar la caída de la moneda del país, incluidos nuevos impuestos a las exportaciones y la reducción de ministerios del gobierno. Macri, de 59 años, que fue elegido en diciembre de 2015, dijo el lunes que su gobierno restablecería los impuestos a la exportación de productos agrícolas, incumpliendo una importante promesa de campaña. La medida de austeridad se produce tres días después de que el Banco Central de Argentina elevase las tasas de interés al 60 por ciento, la más alta del mundo.
En un discurso televisado, Macri reconoció que la crisis económica del país se había convertido en una “emergencia” y que los impuestos a la exportación serían reintroducidos para apuntalar el peso, que ha perdido más de la mitad de su valor frente al dólar este año.
“Para cubrir lo que falta durante esta transición … les preguntaremos a aquellos que tienen más capacidad para contribuir“. “Me refiero a aquellos que exportan en Argentina, que sus contribuciones son mayores”. “En lo que respecta a nuestro equipo de gobierno, he tomado la decisión de reducir el número de ministerios a menos de la mitad … He decidido reducir aún más mi gabinete para poder darle a la próxima agenda una respuesta más enfocada“. Dijo Macri.
Nicolas Saldias, un investigador del Wilson Center de Washington, experto en política y economía argentina, describió las medidas anunciadas como “necesarias” y “la mejor de todas las peores opciones”. Salidas señaló que la elección altamente controvertida de recuperar los impuestos a la exportación podría tener un efecto adverso en la economía al disminuir la disposición de las empresas para vender en el extranjero.
Añadió, sin embargo, que Macri tiene pocas fuentes potenciales de ingresos y acogió con beneplácito el “compromiso del gobierno de no reducir el gasto social” centrándose en sectores competitivos de la economía que “pueden permitirse pagar más impuestos durante un período limitado”.
El paquete de ayuda del FMI
Argentina, la tercera economía más grande de América Latina, actualmente tiene una tasa de desempleo de alrededor del nueve por ciento. Según el Banco Mundial, más del 28 por ciento de sus 43 millones de personas viven en la pobreza. Durante su discurso, Macri también se comprometió a aumentar los planes de alimentos para los argentinos con dificultades.
En junio, el FMI acordó un paquete de ayuda de tres años por 50.000 millones de dólares, pero el lunes, Nicolas Dujovne, el ministro de Hacienda de Argentina, viajó a Washington DC para negociar con el organismo para que los fondos se liberen más rápido.
Sin embargo, muchos argentinos desconfían del FMI después de su papel en la peor crisis financiera del país, durante los años 2001 y 2002, que dejó a una de cada cinco personas desempleadas y dejó en la pobreza a millones.
El acuerdo provocó protestas generalizadas en todo el país, y muchos culparon a las políticas de libre mercado del FMI por contribuir al colapso de la economía hace 17 años. Una encuesta de mayo de más de 1,000 personas realizada por encuestadores argentinos D’Alessio Irol / Berensztein encontró que el 75 por ciento de los encuestados consideró que buscar asistencia del FMI era problemático.