El derribo del avión ucranio desata las protestas en Irán y debilita al régimen

Avion estrellado en iran

El régimen iraní había soñado con una unión nacional después de la muerte del general Qassem Soleimani, pero ha obtenido exactamente lo contrario después lanzar un misil que destruyó “por error” el Boeing ucraniano matando a sus 176 pasajeros. Desde el 11 de enero, se han realizado manifestaciones y protestas en homenaje a las víctimas en todo el país.

Hay que decir que la credibilidad del gobierno está muy dañada. Este último había asegurado durante varios días que el accidente aéreo no tenía nada que ver con los 22 misiles disparados en represalia contra una base estadounidense en Irak, antes de volver a sus comentarios. Unas semanas después de las manifestaciones contra el régimen en noviembre de 2019, las canciones se levantaron nuevamente para acusar a los líderes de ser “mentirosos”.

La policía incluso ha recibido la orden de intervenir para dispersar a los estudiantes después de abandonar la universidad de Teherán, según la agencia de noticias del régimen, Fars. Prueba de la confusión y la escasez del momento, la televisión estatal mencionó en su edición manifestaciones y lemas contra el régimen. Esto casi nunca es el caso. 

Sin embargo, la represión sigue presente. Si aún no hay informes para informar sobre los muertos o heridos, se ha informado de gases lacrimógenos, mientras que la conexión a Internet parecía “disminuir”, según periodistas especializados en el país. Al mismo tiempo, el embajador británico en Teherán fue arrestado brevemente por cargos de “incitar” a los manifestantes a continuar su protesta. Un acto que no mejorará la imagen de las autoridades iraníes frente a Occidente, cuando el país ya se encuentra en una situación tensa con el resto del mundo.

Donald Trump también tuiteó en farsi, el idioma persa, desde su cuenta personal para afirmar su apoyo a los manifestantes. Aprovechó la oportunidad para amenazar al régimen para que no hubiera “otra masacre de manifestantes pacíficos, ni un apagón de Internet”, como había sido el caso en noviembre. En este contexto difícil, con los ojos del mundo entero fijos en él, es difícil anticipar cómo el régimen de Teherán se está preparando para reaccionar ante esta situación, especialmente a medida que se avecinan importantes elecciones legislativas en febrero.

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