Los retos para el futuro del sector sociosanitario

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España es uno de los países en el mundo con mayor esperanza de vida. A su vez, es también un país que disfruta de una buena salud generalizada y un sistema de sanidad pública envidiable en buena parte del mundo.

Sin embargo, la buena noticia que es sin duda que la población española vaya aumentando progresivamente la esperanza de vida se traduce también en una situación problemática para la economía española, pues la pirámide poblacional se invierte, si sumamos a la alta esperanza de vida la baja tasa de natalidad.

Los retos para el futuro del sector sociosanitario

En España se habla desde hace años de este problema demográfico, que genera mucho impacto en asuntos de calado como el pago de las pensiones. Si la pirámide poblacional se invierte, y cada vez hay más población envejecida y menos jóvenes, y a su vez los jóvenes no disponen de buenos salarios o empleos estables, el pago de las pensiones puede correr un riesgo importante.

No obstante, esta situación demográfica, lejos de ser un problema, puede ser también una importante oportunidad de empleo para muchas personas. El sector sociosanitario se enfrenta a retos importantes con el cuidado de personas mayores o personas dependientes.

La necesaria profesionalización del sector

El cuidado de personas mayores se sigue llevando a cabo en la mayoría de casos por familiares no dependientes. La aprobación hace años de la ley de dependencia fue sin duda una buena noticia, pero todavía hoy son muchas las personas que tienen las ayudas concedidas pero que no reciben esa ayuda económica. Por esta razón, y ya sea para el cuidado de mayores, el cuidado de ancianos o de personas dependientes, la profesionalización es un horizonte hacia el que hay que avanzar.

La falta de profesionalización y la presión que recae sobre los cuidadores no profesionales pone en riesgo a los afectados, que ven cómo sus necesidades y sus cuidados se ven limitados. Desde el sector sociosanitario y, en especial los cuidados geriátricos se demanda con frecuencia una profesionalización de estas actividades y es aquí donde juegan especial importancia las empresas de servicios de ayuda a domicilio.

Estas empresas están especializadas en el cuidado y asistencia a personas con necesidad, y en muchos casos sus servicios van más allá que el acompañamiento, pues pueden incluir tareas de aseo personal, el acompañamiento, la movilización, el apoyo logístico, las comidas, etc.

¿Cuáles son los objetivos a alcanzar en el cuidado de personas mayores o dependientes?

Las personas que reciben estos cuidados, ya sea en mayor o menor grado, deben ser atendidas diariamente, desde un punto de vista personalizado y adaptado a sus necesidades, persiguiendo siempre el objetivo de hacer la vida más fácil tanto a ellas como a las familias que se ven afectadas.

La asistencia debe estar basada en principios de seguridad, proximidad, confianza y profesionalidad, para ofrecer un servicio con garantías y de calidad, y evitar así situaciones lamentables como las que están siendo noticia negativa estas últimas semanas con el tratamiento de algunos trabajadores del sector a personas dependientes en residencias de mayores en Madrid.

Finalmente, la formación de los profesionales es el otro gran aspecto clave para mantener y avanzar en los niveles de calidad de las prestaciones realizadas a las personas mayores o con algún tipo de dependencia.

Los cuidados a domicilio, sus ventajas para la sociedad

La tarea del cuidador es importante porque puede suponer un ahorro alto a la sanidad pública, por su prevención. Con el cuidado de mayores, los profesionales vigilan más de cerca la salud de estas personas que son de algún modo dependientas.

Y no solo la salud física mejora con los cuidados a domicilio, sino también la salud mental. En muchos casos, los cuidados no son integrales, sino únicamente de apoyo en cuestiones de labores domésticas, movilidad, aseo personal… El hecho de sentirse acompañadas y cuidadas permite a estas personas autónomas e independientes, sin tener que recurrir constantemente a familiares que, en ocasiones, deben cambiar sus rutinas para afrontar estos cuidados.

Con estos cuidados profesionalizados, las personas que los reciben no se sienten una carga para su familia, se muestran más activas, con mayor autoestima y combaten la soledad, otro de los grandes males que asoma a la humanidad en el siglo XXI.

Una sociedad envejecida tiene sus consecuencias a nivel económico y social, de eso no cabe duda, pero se abren también posibilidades de empleo con esta realidad, y una buena muestra de ello son los cuidados a mayores.

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