Es innegable que la década que nos disponemos a cerrar ha traído consigo grandes cambios en la manera que tenemos de disfrutar de nuestro ocio. Además, han sido progresos tan sumamente rápidos que incluso nuestro idioma no ha conseguido mantener el ritmo y ha caído rendido al uso de anglicismos como iGaming o Streaming. Y todo apunta a que los próximos diez años marcarán un periodo de innovación adicional. Por ello, hoy trataremos hacer una breve radiografía de estas nuevas maneras de entender el entretenimiento.
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iGaming: la revolución del juego digital
Comenzaremos hablando del iGaming, el término más popular para referirnos a los juegos de azar de siempre, como la ruleta, el bingo o las tragaperras, pero en formato digital. Se trata de un sector del ocio que ha crecido espectacularmente en los últimos años y que ha ido cosechando unos datos de ingresos asombrosos. En 2018, por ejemplo, los 28 países de la Unión europea obtuvieron 22.200 millones de euros en ingresos brutos según recoge la publicación especializada Azarplus. El motivo de este auge imparable de esta nueva manera de entretenimiento radica indudablemente en el atractivo que ejercen sobre los jugadores las nuevas tecnológicas. Por citar un ejemplo, tenemos las tragaperras online de Betfair que han optado por mezclar tecnología y grandes bombazos cinematográficos para ofrecer una oferta que sencillamente no existía antes del nacimiento de este sector. Hablamos de una industria que lo fía todo a la innovación y que está obteniendo una respuesta muy positiva por parte de los consumidores de este tipo de ocio.
Streaming: el fin del reinado del formato físico
Si algo ha cambiado en los últimos diez años en el mundo del entretenimiento ha sido nuestra manera de consumir contenidos: el streaming (consumo de contenidos a través de internet) ha jubilado casi por completo el uso de soportes físicos. Salvo contadas excepciones, como los vinilos o las ediciones cinematográficas de coleccionismo, la mayor parte de los usuarios se han pasado sin titubeos al mundo de los contenidos en línea. Parece que ya no nos importa tanto el tener como el tener acceso. Los factores determinantes de este cambio de paradigma se encuentran en el menor coste de consumir contenidos, la democratización de las conexiones móviles a internet de bajo coste y en no tener que acumular grandes cantidades de discos, películas o videojuegos en casas cada vez más pequeñas. Los formatos físicos no pueden competir contra poder disfrutar de una película o de nuestro álbum favorito con la máxima calidad desde el móvil en cualquier lugar en el que estemos. Tras la consolidación durante los últimos años de gigantes como Netflix (series y películas) y de Spotify (música y pódcast), Google quiere poner patas arriba la forma de consumir videojuegos con su plataforma de streaming Stadia: ¿supondrá el fin de las videoconsolas tal y como las conocemos? ¡La nueva década nos sacará de dudas!
En resumen, las nuevas tecnologías han cambiado para siempre nuestra manera de jugar y de consumir contenidos. Y todo apunta a que la próxima década seguirá sorprendiéndonos con innovaciones sorprendentes. También parece que va a ser un periodo de maduración de estos nuevos sectores de ocio. Sin duda, se avecinan años muy interesantes en el mundo del entretenimiento.