Camiones pluma: cómo son estos vehículos clave en el transporte y elevación de cargas

Camión pluma

La automoción es responsable de muchas de las libertades de las que disfrutamos a diario y, más allá de los coches, cabe poner en valor el rol que ocupan maravillas de esta industria como los camiones pluma. Estos vehículos cuentan con unas características específicas que les permiten desarrollar un sinfín de trabajos de elevación o transporte de cargas con una eficiencia y seguridad incontestables. Por consiguiente, resulta de gran interés estudiar cómo funcionan los camiones pluma y analizar qué utilidades podemos obtener si decidimos alquilar los mejores modelos del mercado.

Características de los camiones pluma

Los camiones pluma son auténticas proezas de la industria de la automoción, equipados con sistemas de elevación de cargas pesadas a grandes alturas para que resolvamos todo tipo de cometidos. Ahora bien, para entender exactamente cuáles son las utilidades de estos vehículos, lo más apropiado es analizar sus partes y las características concretas que presentan. De este modo, nos será mucho más sencillo elegir el modelo perfecto en base a las necesidades concretas que presentamos, bien seamos una empresa o estemos en el lado de los particulares.

En primer lugar, todo camión pluma cuenta con una base, consistente en un armazón que se sitúa entre los puntos de anclaje y los rodamientos destinados al giro de la columna. Esta columna es la segunda parte esencial de dichos vehículos, siendo el sistema estructural que aguanta la pluma. Asimismo, encontramos un sistema de brazos ubicado en la pluma de la grúa en cuestión. Todo ello con unos estabilizadores que aportan seguridad a la estructura portante; haciendo que el transporte y la elevación de cargas se pueda controlar con absoluta solvencia.

A diferencia del resto de los camiones grúa, los camiones pluma son capaces de cargar piezas y máquinas de gran peso. Es decir, pueden elevar todo tipo de elementos a alturas de lo más sorprendentes, con independencia del tonelaje que tengan. De igual forma, debes saber que existen diferentes modelos de camiones pluma, habiendo de escoger en cada caso el que más se adapte a tu proyecto. En último lugar, a pesar del rol de los estabilizadores, la caída de la carga, los golpes contra otros objetos, los atropellos o los atrapamientos son riesgos con los que te debes familiarizar. Así que, antes de ponerte manos a la obra, asegúrate de haber analizado bien sus características y de tener un notable control sobre su uso.

Razones para alquiler un camión pluma

Como puedes observar, hablamos de un elemento clave en un amplio volumen de industrias; por lo que hay muchas razones por las que abogar por el alquiler de camión grúa. No obstante, antes de hablar de los principales sectores que emplean este tipo de vehículos, cabe matizar por qué es mejor alquilarlo y no comprarlo. La razón es bien sencilla: el uso de estas máquinas tiene connotaciones esporádicas y el precio tanto de la compra como del mantenimiento es desorbitado. Por eso, empresarios -quienes además se pueden desgravar el coste del alquiler- y particulares eligen siempre dicha modalidad comercial.

Ahora sí, centrándonos en las principales utilidades de estos sistemas, hay tres sectores principales que los emplean para todo tipo de tareas. El primero de ellos es el de la construcción, puesto que la pluma alcanza alturas elevadas para así llevar materiales y máquinas de edificación a los diferentes puntos de un edificio. Por otro lado, estos camiones participan en los trabajos de logística, siendo clave en el transporte de contenedores industriales de gran peso. Por último, encontramos camiones pluma en las labores de rescate de personas y de vehículos. Una función esencial para la seguridad colectiva que debe caer siempre en manos de los expertos del sector.

Cada camión pluma tiene sus propias capacidades de carga, de volumen, de tonelaje y de resistencia. Puesto que los proyectos que vamos realizando no siempre guardan las mismas exigencias, nada como analizar de antemano las características propias del trabajo en cuestión. Una forma de asegurar que estamos pagando exactamente por aquello que vamos a utilizar.

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