Las aceitunas españolas negras se comercializan a unos precios mucho más bajos gracias a las ayudas de la Unión Europea a través de la Política Agrícola Común (PAC).
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Una política proteccionista, aranceles más altos
Las aceitunas de España no han sido las únicas perjudicadas, la administración de Trump, debido a su tendencia proteccionista, ha abierto otras investigaciones parecidas contra productos y sectores de otros países, a los que acusa de competir ilegalmente con los productos locales.
La investigación contra las aceitunas negras españolas se centra en tres puntos principales, el primero para determinar si la industria española vende su producto por debajo del coste real, el segundo para saber en qué medida afecta la supuesta competencia desleal al sector norteamericano y la tercera, la más importante, se centra en si la industria de oliva española se beneficia de las subvenciones públicas europeas, considerándose estas ilegales.
A principios de 2018, EEUU elevó los aranceles a las aceitunas españolas casi en un 17 % de media para contrarrestar las ayudas recibidas de la PAC y, como consecuencia, las ventas disminuyeron en un 42,4%. Sin embargo, esta medida no es definitiva porque Bruselas la considera injustificada y porque este arancel antidumping puede ser revocado por la resolución de la Comisión de Comercio Internacional, el organismo encargado de determinar si la causa de Trump tiene una base para suponer que la aceituna negra es una amenaza para su industria. Se espera la decisión final para no más tarde de julio de 2018.
De la decisión de la Comisión del Comercio Internacional depende toda la industria de la aceituna española, puesto que si gana Trump, toda esta guerra terminaría en la imposición de duros aranceles que harían imposible la exportación de las aceitunas negra españolas en los próximos años.
Duras consecuencias para la aceituna y la agricultura europea
Hay que tener en cuenta que España es el principal productor y exportador dentro del sector de la aceituna, siendo una potencial mundial al concentrar el 21% del comercio internacional de la aceituna y también, que Estados Unidos es su principal comprador y destino de sus exportaciones, ya que de media anual compra cerca de 80.000 toneladas de aceitunas de mesa de una producción total española de 600.000 toneladas. Si Trump consigue su objetivo e impone altos aranceles, cerraría por completo la entrada de las aceitunas negras españolas a los mercados norteamericanos, provocando unas pérdidas económicas de entre 350 millones y 700 millones de euros.
Además, si EEUU gana esta batalla y consigue llevar a cabos sus medidas arancelarias antidumping y antisubvención contra las aceitunas negras, se crea un poderoso precedente para la primera potencia del mundo, gracias al cual puede abrir una investigación contra cualquier producto procedente de la Unión Europa que crea que es un peligro para sus productos locales, dejando en evidencia su desacuerdo con todo el programa y el sistema de apoyos y subvenciones públicas de la UE a la agricultura.