El mundo del comercio electrónico ha acelerado en los últimos dos años y ha conseguido que muchas pequeñas y medianas empresas lo incorporen a sus negocios e inviertan en digitalización, para aumentar a través de esta vía sus ventas.
Este cambio de tendencia no sólo afecta a la tenencia de consumo, sino también a la manera de hacerlo. El usuario ya no busca sólo satisfacer sus necesidades de compra, sino que busca hacerlo de una manera diferente, experiencial y novedosa. El shoppertainment ya funciona en España y consigue aunar compra y entretenimiento. De esta manera, el cliente se involucra mucho más en el proceso de compra, y la “user experience” es más interactiva y divertida.
En este sentido, la imaginación está al poder, y ahora las marcas deben buscar nichos o estrategias más sutiles y complejas para ofrecer sus productos y las distintas formas en que lo hacen. No vale sólo con ofrecer el escaparate de lo que se vende online, sino que hay que ofrecer una impresión diferente, original y entretenida para que el cliente se enganche y participe del proceso de compra.
Las grandes marcas, ya han comenzado a utilizar la combinación de elementos como TV, influencers, quioscos virtuales, espejos virtuales, gaming, etc.
Además de esta apuesta por la experiencia, el comercio online sigue otras tendencias al alza debido a los recientes cambios sociales que estamos viviendo, como el impulso a productos sostenibles (el cuidado del entorno es una prioridad para los consumidores), la transparencia como base indispensable, y la importancia de la prevalencia de la salud y el bienestar personal, por encima de otras necesidades.
Otras recientes tendencias en cuanto a consumo online son la consolidación de los grandes “marketplaces”, que se esfuerzan por mejorar sus canales de distribución y hacer la experiencia del usuario más “friendly”. También se están adaptando los e-commerce a la búsqueda por voz, cada vez más común. Y sin duda, está proliferando el “recommerce”, es decir, la compra-venta de productos de segunda mano, debido a la crisis sufrida y la preocupación por el consumo sostenible.
Según estimaciones de la UNCTAD (United Nations Conference on Trade and Development), el sector del comercio electrónico experimentó un gran crecimiento en las ventas al por menor, pasando del 16% al 19% en 2020. Y prevé que durante 2021 la economía mundial repuntará con un crecimiento del 5,3%, lo que representa la tasa más dinámica en casi 50 años.
Sin duda, el comercio electrónico cobra y seguirá cobrando una dimensión relevante e importante en el panorama económico mundial, gracias a su cada vez más fiabilidad, seguridad, comodidad, sostenibilidad y calidad. Comprar online ya no es lo que era y cada vez será más fácil y accesible en todos los mercados.