El mundo se encuentra en medio de una de las transformaciones más importantes de las últimas décadas y tenemos la oportunidad de ser testigos y protagonistas de esta transición. Se conoce como la Industria 4.0 o también como la Cuarta Revolución Industrial. Sin duda, las formas de hacer las cosas a nivel industrial cambiarán por completo.
El término cuarta revolución industrial se refiere a un proceso de transformación que intenta convertir a la empresa tradicional en una organización inteligente, lo cual le permitiría conseguir mejores resultados económicos, multiplicar la eficiencia y simplificar los procesos de trabajo para los millones de empleados pertenecientes al sector.
¿Estamos listos para tal proceso de transformación? La automatización de procesos productivos ya es una realidad, pero la tecnología y la innovación no se detienen. IoT, gamificación, robótica, inteligencia operacional y herramientas de planificación son innovaciones que irán llegando a todas las industrias, por lo que se vuelve indispensable la adaptación.
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Origen y evolución de la Industria 4.0
El concepto fue acuñado por primera vez en el año 2011 durante la feria tecnológica de Hannover, que se desarrolla todos los años en Alemania. Se basa en la necesidad de desarrollar formas de “producción inteligente”, para lo cual se utilizarían todos los avances tecnológicos y computarizados disponibles y por venir.
Con el paso del tiempo, países desarrollados a nivel industrial se abocaron al I+D en materia de industria, en un intento por competir y ganar supremacía en el sector. Son muchos los desafíos a los que se enfrenta esta nueva revolución industrial, principalmente la sostenibilidad y la conservación de empleos de calidad.
Digitalización de procesos y optimización de modelos de negocios
¿Qué sabemos de la Industria 4.0 y por qué deberíamos prepararnos? Todo proceso de revolución implica cambios de paradigmas. La forma de producir bienes y servicios está evolucionando, lo cual es positivo para la industria pero representa un reto enorme para el capital humano, que tendrá que desaprender, aprender y adaptarse si quiere permanecer después de este enorme salto.
Esta nueva etapa para la industria se caracteriza por la optimización de los modelos de negocio conocidos, surgimiento de nuevos modelos y una gran cuota de digitalización de procesos. Las industrias apostarán por la automatización, la conectividad y la globalización, teniendo una mayor capacidad de gestionar correctamente la cadena de valor.
Se trata de una fusión del plano físico con el mundo digital. La apuesta se basa en la colaboración y el uso de datos para optimizar procesos, por lo que la inteligencia artificial ganará terreno de manera inevitable, dejando a un lado a una amplia gama de profesionales que tendrán que evolucionar en conjunto a la revolución que se produce.
Asuntos como el Big Data, simulación de procesos, inteligencia artificial, biotecnología y computación cuántica serán cada vez más comunes. Sin dudas, son cambios dramáticos para unos, emocionantes para otros pero, en líneas generales, se trata de un proceso que beneficiará a toda la humanidad y al que obligatoriamente todos tendremos que adaptarnos en el futuro inmediato.