En las relaciones comerciales es habitual manejar información confidencial y privada que está relacionada con las estrategias, objetivos y lanzamientos de productos en empresas, entre otros asuntos. Esta información sensible no puede ser conocida por la competencia o por personas ajenas a determinados puestos de responsabilidad. Los contratos de confidencialidad garantizan proteger los intereses de todas las partes implicadas en un acuerdo comercial.
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Definición de contrato de confidencialidad
El contrato de confidencialidad es un acuerdo entre dos partes mediante el que se comprometen a que determinadas informaciones que formarán parte de dicha colaboración permanezcan confidenciales y no sean transmitidas a terceras personas.
Estos contratos se dan tanto entre empresas como entre empresas y personas físicas. Pueden ser unilaterales o recíprocos. La confidencialidad puede afectar a una o ambas partes que firmen el contrato. Si la información sensible fuera revelada, el perjudicado tiene todo el derecho a denunciar incumplimiento de contrato y reclamar por vía judicial daños y perjuicios.
Usos más frecuentes del contrato de confidencialidad
Es muy común utilizar los contratos de confidencialidad cuando están en liza derechos de propiedad intelectual, lanzamiento de productos innovadores, concesiones de patentes o licencias de fabricación.
Aunque el tipo de información que se puede incluir en estos acuerdos es muy amplia, es frecuente encontrar documentación sobre prototipos y software, resultados de pruebas y especificaciones técnicas, así como información financiera.
Los contratos de confidencialidad también suelen incluir cómo debe ser tratada por ambas partes la información sensible. Además, en estos acuerdos es imprescindible incluir el período de vigencia, que es limitado. Lo habitual es que no supere más de cinco años.
Información que incluye el contrato de confidencialidad
Para que sea lo más claro y preciso posible el contrato de confidencialidad debe incluir, como mínimo, estos contenidos:
Qué información será clasificada como confidencial y no puede ser divulgada y a quién pertenece dicha información. Especificará los usos de dicha información y sus límites. Por ejemplo, al compartir una base de datos hay que concretar para qué usos y sus límites.
Establecerá el período de tiempo durante el cual esta información seguirá siendo confidencial y sujeta a secreto. Las causas para firmar dicho acuerdo deben ser, asimismo, explicadas. También deberá especificar qué personas, departamentos o ámbitos de la compañía serán afectados por esta información.
Los beneficios del contrato de confidencialidad
En suma, el contrato de confidencialidad es un modelo de acuerdo comercial cuyo uso está completamente recomendado en supuestos que incluyan información reservada o sensible. Afecta a personas físicas y jurídicas y son beneficiados por su firma tanto compañías como proveedores y clientes.
Sus ventajas son muy numerosas tanto para empresas como particulares. La firma de un contrato de confidencialidad puede evitar y prevenir graves daños para la reputación o producción de una compañía. Es una herramienta muy útil para prevenir el espionaje industrial y que un trabajo de investigación y desarrollo de años no se vea arruinado por una revelación inoportuna, ya sea accidental o intencionada.
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