María Fernández Rei, conocida universalmente como Frida Kahlo, nació en el año 1907 y murió a la edad de 47 años. Fue una artista mexicana que aún en la actualidad goza de la admiración de muchas personas en el planeta. No solo porque supo plasmar en su pintura los acontecimientos de su vida, sus sentimientos, ideas comunistas y su gran feminismo, sino porque poseía también una gran personalidad.
Frida Kahlo, constituye un símbolo de la lucha por la emancipación de la mujer y la igualdad de género . Asimismo se le reconoce como la principal exponente del arte mexicano del siglo XX. Es un ejemplo de fortaleza y perseverancia. A pesar de haber vivido pocos años, su existencia estuvo matizada por intensas pasiones, dolores, decepciones, frustraciones y su amor entrañable por México y su cultura. Todos estos profundos sentimientos los supo expresar en su obra de forma excepcional.
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Relaciones personales que influenciaron su vida
Durante su niñez se sintió desatendida por su madre. Sin embargo, mantuvo una relación bastante cercana con su padre, el que le incentivó su amor por la fotografía. Estuvo al cuidado de una indígena y el profundo lazo que las unió quedó inmortalizado en su obra “Mi Nana y yo».
Contrajo matrimonio con el muralista mexicano Diego Rivera en agosto de 1929. Del cual se divorció en 1939, sin embargo volvieron a contraer nupcias un año después.
Enfermedades, tragedias y accidentes
A la edad de 6 años padeció de poliomielitis. Esta enfermedad le dejó como secuela una pequeña cojera y fue la causante de las primeras intervenciones quirúrgicas que se le realizaron en el transcurso de su vida.
A la edad de 19 años fue víctima de un brutal accidente de tráfico. En este, sufrió heridas y fracturas mortales en diversas zonas del cuerpo, estuvo un mes en coma. Después de tres meses de hospitalización se sometió a múltiples operaciones y varios tipos de rehabilitaciones.
Frida quedó embarazada por primera ocasión en 1930. Por las secuelas del accidente sufrido y la posición del feto, el embarazo se interrumpe. Algunos médicos pensaron que no podría gestar otra vez, pero años después sufrió un segundo aborto.
Obra marcada por la experiencia personal y el dolor
Producto al aburrimiento de su convalecencia, su pasión por la pintura se transformó en parte de su razón de ser. Por este motivo, Frida comenzó a pintar. Su primer autorretrato, lo realizó en un espejo instalado en el techo del dosel de su cama.
Su obra tiene un sello único y es difícil de clasificar en un estilo concreto. Muchos expertos la sitúan entre el surrealismo y el realismo. Además, sus cuadros contienen elementos expresionistas. Estos reflejan el amor que sentía por su esposo, los animales, los niños, las flores y el campo, sus problemas de salud, en su matrimonio y sus frustraciones.
Además, están marcados por elementos del arte, la cultura, la antropología y la arquitectura de México. Como parte de su incesante labor artística se destacan las cartas y las poesías que le escribiera a su esposo Diego Rivera, al pintor Josep Bartolí y al escultor Isamo Noguchi.
De forma general se puede decir, que además del legado artístico de Frida Kahlo, su fuerza, perseverancia y pensamientos constituyen un estandarte para varias personas en todo el mundo. A pesar de los sin sabores y dolores que afrontó, nunca se dejó derrotar por ninguna dificultad. Actualmente, es una de las mujeres más controvertidas y representativas del arte e historia mexicana.