Lejos quedaron los polvorones, o no tan lejos si quedaron huella en algún kilo de más. Lejos quedó el Blue Monday y la certeza de que, hasta Semana Santa, la cuesta de enero será muy empinada. Pero tranquilidad, como decía Serrat, «si la rutina te aplasta, dile que ya basta de mediocridad» y empieza a buscar hoteles en primera línea de playa en Mallorca o en cualquier otro destino que te apetezca.
Sí, queda mucho para Semana Santa, pero las rutinas también están un poco romperlas y coger fuerza si se necesita. ¿Por qué no hacer un fin de semana largo? A fin de cuentas, si te organizas bien el resto del año, te lo puedes permitir.
La realidad es que la rutina es el «sí, pero no» por antonomasia en nuestro día a día. La definición de la RAE lo deja claro: rutina es (en su primera acepción) «Costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática».
Es la practicidad lo que rige muchas veces nuestra vida, porque si no se mirase con esas gafas, sería imposible abordar todo: trabajo, familia, alimentación, relaciones personales, tiempo para sí, descanso…A lo largo del día hacemos muchas cosas y muy dispares. Tener una rutina, que tiene que ver con ruta y ayuda mucho a desarrollar cualquiera de estas tareas de forma sencilla.
El hecho de que muchas tareas se hagan también de forma automática, es probablemente la parte más negativa, ya que en picos de estrés, puede dar la sensación de poner el piloto automático y no disfrutar, siquiera, de las pequeñas cosas.
Cuando eso ocurre hay que dar un paso atrás. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística, más del 60% de la población española sufre estrés, en mayor grado, relacionado con el trabajo. Además, todo esto se ha visto acentuado en los últimos años por la digitalización y la incapacidad de desconexión total.
Sea como fuere, entre los consejos que se dan para aprender a gestionar el estrés (¡hasta dejarlo de sentir!), están los consabidos de una buena alimentación, un sueño reparador de 7 horas – porque las 8 ya es muy complicado poder hacerlas – y crearse buenos hábitos que pongan un poco de orden (¡y también ruta!) a todo el maremágnum que nos supera.
Aparte de estos consejos para el día a día, pararse un momento y reponer fuerzas, cual vehículo que tiene que repostar en un viaje largo, siempre es una buena opción. Volviendo a párrafos anteriores, ¿qué te impide cogerte un día de vacaciones y hacer una escapada fugaz? Si puedes permitírtelo, puedes cambiar de escenario por unos días.
En este sentido, España es un buen lugar para poder hacerlo. No hace falta irse hasta el Caribe para cambiar de aires teniendo las islas Baleares a la vuelta de la esquina. Además, fuera de temporada, es descanso asegurado porque, aunque haya vida – sobre todo en Mallorca – no hay riesgo de aglomeraciones de turistas, pudiendo disfrutar de un día tranquilo de playa, de una puesta de sol o de una comida típica mallorquina.
Si has llegado hasta aquí es que, ya has pasado alguna página de tu agenda para saber en qué fechas podrías hacer la escapada, así que, para ello, te proponemos algunos lugares que visitar o actividades que hacer si vas a irte a Mallorca:
- Disfruta de las calas y el agua transparente. Ya lo dijimos. Las Islas Baleares no tienen nada que envidiar al Caribe. Agua cristalina, arena blanca y la tranquilidad de Cala Mitjana, Cala San Vicente o Cala Sa Calobra, un espectáculo de tierra y mar.
- Visita Pollença, su puerto, y relájate viendo la puesta de sol en el Faro de Formentor. Llévate una bebida, siéntate a sus pies y admira cómo el sol empieza a esconderse detrás de un mar infinito.
- Visita Palma de Mallorca. Es una ciudad bonita y su catedral no tiene desperdicio. Pasea por sus calles empedradas y siente la ausencia de prisa.
- Come un frito mallorquín, un plato típico de la isla de carne de cerdo o cordero acompañado de ricas verduras. Pide alguna cerveza artesanal y disfruta del momento.
- Ve a las Cuevas del Drach, una de las mayores atracciones de la isla que traspasa fronteras. Normalmente las entradas se tienen que coger con tiempo, si vas ahora, compruébalo, ya que no habrá tanta asistencia.
Estas son algunas pinceladas, – no hay que hacerlas todas porque el plan es coger fuerza. Reserva un hotel de la cadena Iberostar que tiene todas las comodidades que puedes pedir a una escapada de relax, cógete un buen libro, vacía tu mente de los problemas cotidianos, apaga tu móvil y disfruta. La vuelta se producirá con pilas cargadas y buenos propósitos para no dejarse aplastar por la rutina y, si no, siempre quedará menos para Semana Santa.