La tensión baja no suele ser un problema, especialmente cuando la persona suele sufrir esta clase de episodios de forma frecuente. Sin embargo, cuando la presión baja de manera abrupta, causa síntomas como debilidad, mareos, cansancio extremo e incluso desmayos.
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¿Qué debes hacer si tienes la tensión baja?
Ante la presencia de un episodio de tensión baja, es necesario: acostar a la persona en un sitio ventilado, aflojar su ropa y levantar sus piernas.
Este procedimiento causará que la sangre fluya adecuadamente al corazón y la presión aumente, anulando los síntomas percibidos en unos minutos. Una vez la persona se recupere, se le puede ofrecer zumos naturales o café para regular la presión arterial.
Cuando el episodio nos está ocurriendo a nosotros, lo primordial es mantener la calma, estirarse y colocar las piernas en alto para favorecer la circulación y conseguir el aumento de la presión.
También puede ser una buena alternativa consumir chocolate, la cual es una sustancia “estresante” que tiene la cualidad de elevar la tensión.
Otras soluciones para la tensión baja, son el consumo de infusiones de menta, regaliz, tomillo, y romero o consumir guaraná, que resulta estimulante.
Para evitar esta clase de episodios, es recomendable evitar los lugares excesivamente calientes, tomar suficiente agua diariamente, no ejercitarse con el estomago vacío, comer a las horas adecuadas sin saltarse comidas y practicar actividades físicas moderadas, que favorezcan la salud cardiovascular.
Si bien, la presión baja no resulta grave, los desmayos y mareos podrían causar diversos accidentes graves dependiendo del lugar y momento en que se produzcan.
Causas de pueden provocar tensión baja
Cuando existen altas temperaturas, los vasos sanguíneos se ensanchan y la sangre circula con menor fuerza, aumentando el riesgo de un en episodio de hipotensión. También se produce por otra variedad de causas, a saber:
Comer en abundancia
Luego de una comida abundante, una buena parte de la sangre se dirige a los intestinos para iniciar el proceso digestivo, lo cual provoca somnolencia, una circunstancia en la que se pueden producir episodios de hipotensión.
Deshidratación
La sangre contiene mucha cantidad de agua y si una persona se deshidrata, la sangre disminuye su volumen y pierde fuerza. La tensión baja en este caso se produce con otros síntomas como sequedad bucal, palidez, taquicardia y desorientación.
Fármacos
Los diuréticos tienen como efecto secundario la disminución de la tensión. Los vasodilatadores pueden causan un descenso en las primeras horas del día, al igual que ciertos fármacos para tratar la hipertensión, que en dosis incorrectas pueden causar el efecto contrario.
Sangrado excesivo
Cuando la menstruación se extiende fuera de lo normal, la pérdida causa anemia que se manifiesta en agotamiento y bajas en la presión arterial.
Bajada de azúcar
El descenso de los niveles de glucosa puede ser otra de las causas y tiene consecuencias como mal funcionamiento del cerebro y mareo. Estas bajas de azúcar pueden deberse a la falta de comida, la realización de deportes intensos que provocan el consumo acelerado de la glucosa.