A pesar de pertenecer a otra generación, Marilyn Monroe sigue siendo uno de los mayores mitos de la industria de Hollywood. La rubia platino más famosa del cine siempre se caracterizó por tener una destacable belleza, pero lo cierto es que había mucho más alrededor de su persona. Su vida fue caótica de principio a fin, por lo que no tardó en convertirse en una figura intrigante que pocos lograrían entender. Si estuviera viva, el 1 de junio cumpliría 93 años, pero dejó este mundo en 1962, a causa de una sobredosis de barbitúricos. Aunque falleció joven, Marilyn consiguió dejar una huella profunda difícil de borrar.
El nombre real de Marilyn era Norma Jeane Mortenson, aunque éste fue cambiando debido a sus diferentes matrimonios y problemas familiares. La actriz se mostraba como una persona dulce, inocente y feliz en sus películas, pero su vida real no concordaba con esta faceta. Marilyn nació en Los Ángeles, lugar en el que permanecería a pesar de vivir numerosas mudanzas. Su madre sufría graves problemas mentales y su padre nunca apareció, así que la joven vivió su infancia y adolescencia en diferentes casas de acogida. Según afirmó, llegó a recibir abusos en varios de los lugares donde estuvo, pero encontró cierta estabilidad cuando se casó con James Dougherty.
El matrimonio de Marilyn con James no fue por amor, pues con tan solo 16 años, tuvo que casarse para evitar ser enviada al orfanato de nuevo. No obstante, gracias a esta unión, la joven pudo vivir con más tranquilidad y encontró trabajo en una fábrica de municiones. Poco esperaba que allí la descubriese un reconocido fotógrafo en 1944, el cual le recomendaría que se apuntara a la agencia de modelos Emmeline Snively. Después de salir en más de treinta revistas, Marilyn aceptó una oferta por parte de 20th Century Fox. A partir de aquí, empezaría a crearse la mítica figura de “Marilyn Monroe”.
Sus distintos contratos de cine le permitieron protagonizar películas como “Los caballeros las prefieren rubias” o “¿Cómo casarse con un millonario?”, filmes que le llevarían al punto más alto de su carrera. Gracias a éstos y a su misteriosa figura, la actriz ha conseguido ser la protagonista de cuadros, libros y hasta es icóno para las tragaperras de William Hill y de otros operadores del sector, que buscan con la imagen de los rostros más ilustres del séptimo arte crear una mayor conexión de empatía con todos los jugadores entre sus múltiples opciones de juego en línea. En 2012, Marilyn (interpretada por Michelle Williams) revivió en la película “Mi semana con Marilyn”, que explica cómo fue el rodaje de “El príncipe y la corista” según las memorias de Colin Clark.
En los años cincuenta, la mayoría de sus seguidores veían a la estrella como el personaje que había creado. Solo algunos percibieron que el estereotipo de “rubia simple” no iba con ella, dado que Marilyn fue una mujer con una inteligencia brillante. Su coeficiente intelectual estaba por encima de la media, y su biblioteca rebosante de libros. Por otro lado, su inestabilidad emocional no la abandonó durante toda su vida, y contó con un gran numero de amantes, como John Kennedy y Marlon Brando.