Trump afirma que China está desplegando tropas en la frontera con Hong Kong y pide “calma”

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Suspensión o cancelación de cientos de vuelos, enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los actores de la movilización … El aeropuerto de Hong Kong conoció el martes un segundo día de caos. El gobierno local acusa a los manifestantes en favor de la democracia, causando los disturbios generados, para apresurar a la ciudad en un camino de «no retorno».

La ex colonia británica está experimentando su peor crisis política desde su regreso a Pekín en 1997. Partiendo a principios de junio del rechazo de un proyecto de ley de Hong Kong que pretendía autorizar la extradición a China, el movimiento ha ampliado significativamente sus reclamos para denunciar el declive de las libertades y la interferencia de Pekín en los asuntos internos.

Barricadas y cadenas humanas

En el quinto día de una movilización sin precedentes en el aeropuerto, los manifestantes a menudo se vestían de negro, el color icónico del movimiento, y en su mayor parte enmascarados esta vez bloquearon el acceso a los puntos de control de seguridad. Los manifestantes erigieron barricadas utilizando carros de equipaje para bloquear el acceso a las zonas de seguridad, antes de formar una cadena humana para evitar el paso de pasajeros, con quienes se produjeron algunos enfrentamientos. 

El martes por la noche, la policía usó gas pimienta mientras intentaba escoltar a un hombre evacuado en ambulancia desde el aeropuerto. Una furgoneta que transportaba a unos veinte de ellos fue bloqueada por unos cientos de manifestantes radicales. Luego, la policía salió para despejar el camino, rociando gas pimienta y arrestando al menos a dos personas.

Intentos de «interferir» en Washington

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, describió el martes la situación en Hong Kong como «muy difícil», pero dijo que esperaba que la crisis pudiera resolverse «pacíficamente», sin que nadie sea «asesinado».

La inteligencia estadounidense informa sobre un despliegue del ejército chino «en la frontera con Hong Kong», escribió en Twitter, llamando a «todos» a «calmarse».

Washington ya instó el lunes a «todas las partes a abstenerse de la violencia». El presidente de los Estados Unidos había estimado a principios de agosto que Pekín «no necesitaba asesoramiento» en el archivo, y agregó que esta crisis fue «entre Hong Kong y China porque Hong Kong es parte de China». 

Sin embargo, la parte china está denunciando cada vez más los intentos de «interferir» en Washington, primero cuando Donald Trump dijo a principios de julio que los manifestantes estaban «en busca de la democracia», luego de una reunión entre un diplomático estadounidense en Hong Kong y activistas prodemocráticos.

Un territorio ahora «al borde del abismo»

La movilización, cada vez más marcada por los enfrentamientos entre los radicales y la policía, constituye un nuevo desafío para el gobierno central, que dijo el lunes detectar allí «signos de terrorismo».El martes, los medios oficiales chinos exageraron y describieron a los manifestantes como «gángsters», elevando el espectro de intervención de las fuerzas de seguridad.

Dos medios públicos, el People’s Daily y el Global Times, emanaciones directas del Partido Comunista, transmitieron videos que supuestamente presentaban vehículos blindados que se dirigían a Shenzhen, una metrópoli en las afueras de Hong Kong. Un territorio ahora «al borde del abismo», advirtió, en una entrevista con la BBC, su último gobernador británico, Chris Patten.

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