Sólo un 5% de las personas en África han recibido el esquema de vacunación completo. “Es una vergüenza mundial”, dice el titular de la ONU y advierte que la pandemia no se ha superado, llamando a los líderes del mundo a hacer realidad la equidad de acceso a las inmunizaciones.
Diecinueve meses después del comienzo de la pandemia de COVID-19, el mundo rebasó este lunes los cinco millones de muertes a causa del coronavirus, según los registros oficiales de decesos de los países, aunque numerosos expertos en salud piensan que el número real podría ser mucho mayor.
De hecho, un informe publicado en mayo de este año por la Organización Mundial de la Salud señala que el número real de muertes por coronavirus es de 2 o 3 veces superior a la cifra oficial, de acuerdo con los datos de las Estadísticas Sanitarias Mundiales*.
Frente a lo que definió como un “hito devastador”, el Secretario General de las Naciones Unidas afirmó que la dolorosa cifra reitera la urgencia de distribuir equitativamente las vacunas para controlar la pandemia y evitar más muertes.
“Estamos fallándole a una gran parte del mundo. Mientras los países ricos están aplicando terceras dosis de la vacuna COVID-19, sólo el 5% por ciento de las personas en África ha recibido el esquema de vacunación completo”, recordó António Guterres.
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“Una vergüenza mundial”
Tras apelar a entender los cinco millones de muertos como madres, padres, hermanos, hermanas, hijas e hijos, familiares, amigos y compañeros, Guterres sostuvo que la inequidad de acceso a las vacunas “es una vergüenza mundial”.
Consideró que el mejor tributo a los cinco millones de personas fenecidas y a los trabajadores de la salud que luchan contra el virus todos los días, “es hacer realidad la equidad en las vacunas acelerando los esfuerzos y asegurando la máxima vigilancia para derrotar al virus”.
Los cinco millones de muertes se producen en medio de un aumento de los casos en algunos lugares donde se habían mantenido bajos por largo tiempo.
A la fecha, los casos registrados de COVID-19 en el mundo suman 250 millones y Estados Unidos es el país con más fallecimientos registrados, con cerca de 750.000.
No bajar la guardia
Al referirse a esta persistencia del coronavirus, que sigue provocando muertes, desbordando hospitales y agotando a los trabajadores sanitarios, António Guterres alertó sobre el riesgo de que surjan nuevas variantes que se propaguen y se cobren más vidas.
“Cinco millones de muertes deberían ser un recordatorio claro de que no podemos bajar la guardia. (…) Se trata de un virus despiadado que no respeta fronteras”, dijo.
En este sentido, insistió en la urgencia de que los líderes mundiales apoyen firmemente la Estrategia Mundial de Vacunación que lanzó el mes pasado en conjunto con la Organización Mundial de la Salud, que busca la inmunización del 40% de la población de todos los países para fines de este año y del 70% para mediados del siguiente.
“Les pido que cumplan con premura y escala, cierren las brechas de financiamiento y coordinen sus acciones para lograr el éxito”, recalcó Guterres.
La pandemia no se ha superado
Advirtió que sería un error pensar que se ha superado la pandemia, por lo que llamó a mantenerse alerta y a combinar las vacunas con la vigilancia ahora que las restricciones se van levantando en muchos lugares y que la gente empieza a circular con mayor libertad.
Entre las medidas de salud pública pertinentes y probadas como eficaces, citó el uso de cubrebocas y la distancia física.
Además del acaparamiento, las políticas nacionalistas relacionadas con las vacunas y la falta de solidaridad mundial, el Secretario General resaltó la desinformación como un factor peligroso que propicia el avance del COVID-19, y exhortó a los gobiernos a combatirla.
Fuente: ONU