Ankara busca nuevas alianzas forzada por la guerra económica con EE. UU.

Erdogan con su homolo Qtari, TamimBinHamad

La “guerra económica” entre Ankara y Washington, como la definió el líder turco Recep Tayyip Erdogan, podría empujar al país a alejarse cada vez más de su aliado histórico de Estados Unidos, a favor de China, Rusia y Qatar y otras naciones del área. En el último capítulo de la saga, el presidente de Turquía ha establecido un camino de escalada comercial y diplomática con Donald Trump y su país.

Independientemente de los llamamientos de Tusiad, la Federación Industrial Turca que instó en bajar el tono, desde Ankara se llama a boicotear los productos electrónicos de EE. UU. firmando un decreto que eleva las tarifas de algunos productos importados de los EE. UU. Estos incluyen automóviles (más 120%), alcohol (140%), tabaco (60%), arroz y protectores solares.

El vicepresidente turco Fuat Oktay, insiste en una medida “para contrarrestar el ataque deliberado de la administración de los Estados Unidos sobre nuestra economía”. Un movimiento “arriesgado” según algunos analistas que podría alimentar la tensión comercial y diplomática actual. La duplicación de los aranceles turcos en 22 tipos de productos asciende a 533 millones de dólares.

Washington ha estado en desacuerdo con Ankara después de la decisión turca de arrestar a un pastor evangélico estadounidense acusado de espionaje en favor del predicador islámico Fetullah Gulen, autoexiliado durante años en Pensilvania y considerado el autor intelectual del intento de golpe de 2016. En estos días, un tribunal turco ha rechazado nuevamente la solicitud de revocación del arresto domiciliario de Andrew Brunson, quien pasó algún tiempo en prisión.

La Casa Blanca ha lanzado una ofensiva económica, comercial y diplomática para su liberación, hasta ahora en vano. El propio presidente Trump anunció que doblaría los aranceles sobre el acero y el aluminio de Turquía y que impondría sanciones individuales a dos ministros del gobierno turco. La venta de aviones de combate US f-35 también ha sido bloqueada. Como resultado, la lira turca ha perdido varios puntos porcentuales y la pesadilla inflacionaria ha regresado al país.

La colisión frontal entre los dos países corre el riesgo de sembrar más caos dentro de la OTAN y empujar a Ankara hacia una nueva asociación con Moscú y Pekín. China parece ser la única potencia mundial capaz de ofrecer financiación a Turquía “sin condiciones previas”, incluso si actualmente es difícil suponer que pueda reemplazar a Washington como un socio integral. En términos de seguridad, podría haber un fortalecimiento de las relaciones con Moscú, relaciones estratégicas y diplomáticas que ya son una realidad en Siria desde hace algún tiempo.

Ankara también está buscando apoyo económico en la región del Medio Oriente. La embajada de Turquía en Beirut envió un mensaje de agradecimiento por la campaña lanzada por el pueblo libanés en apoyo de Turquía “bajo ataque económico” de los Estados Unidos. Mientras tanto, el emir de Qatar Tamim bin Hamad al Thani voló a Turquía donde se reunió con Erdogan y firmó un plan de inversión de 15 mil millones de dólares. Una cifra que no resolverá los problemas, pero es una señal política importante para apoyar a Turquía.

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