Siempre se ha creído en los héroes. En personas que con sus hazañas se convirtieron en legendarias y que, en muchas ocasiones, proceden del imaginario colectivo. En el caso del Cid Campeador, se pudo hablar de leyenda y mito varios siglos, pero hoy también se conoce al hombre de carne y hueso.
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Inicios como caballero
Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como Cid Campeador, nació en Burgos y se estima que fue entre 1045 y 1049. El burgalés formó parte de la corte del infante Sancho, primogénito del rey Fernando I, que le armó caballero y le llevó a su primer combate.
Pero hasta 1072 no se le conoció como Campeador. Los años posteriores a la muerte de Fernando I y la repartición de sus reinos entre sus hijos fueron de guerra. Sancho II y su hermano Alfonso VI combatieron en la batalla de Llantada en 1068 y en 1072 en Golpejera. Enfrentamientos que terminaron con la victoria de Sancho II y la destacada actuación de Rodrigo.
Primer destierro
Sin embargo, tras la inesperada muerte de Sancho II su situación cambia. Después de que Alfonso VI ocupara el trono de Toledo, le nombra juez en algunos pleitos asturianos. Además, le casa con su prima tercera Jimena Díaz.
Más adelante, Alfonso VI le manda a Sevilla a cobrar un tributo y al mismo tiempo el Conde de Nájera, García Ordoñez, va a Granada para un asunto similar. Mientras tanto, el rey de Granada ataca al rey de Sevilla junto con embajadores castellanos. Y Rodrigo derrota a los invasores capturando también a García Ordóñez.
Años años después, en 1081 el Campeador es desterrado. El rey toma esa decisión cuando una partida andalusí del norte de Toledo entró en Soria y Rodrigo les persiguió más lejos de la frontera.
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Segundo destierro y conquista de Valencia
Entonces el Cid Campeador se puso a las órdenes del rey de Zaragoza. Y después de su muerte, a las de su hijo. A su servicio libró dos grandes batallas de las que salió victorioso: la de Almenar en 1082 y la de Morella en 1084.
En 1086 recupera el favor de Alfonso VI poco tiempo realizando una campaña en Levante. Pero el rey le vuelve a desterrar por considerar que no cumple una de sus órdenes. Y Rodrigo comienza a actuar por su cuenta en Levante y consigue varios reinos. Sin embargo, tras la muerte de su protegido de Valencia, Alqadir, hostiga a la ciudad hasta que accede a ella en 1094.
En ese momento adopta el título de «Príncipe Rodrigo el Campeador» y lo más probable es que se le conociera como sídi (“mi señor” en árabe). Este fue el nacimiento del sobrenombre de mío Cid o el Cid.
Sus últimos años
Los últimos años de vida del Cid Campeador no fueron más relajados. Combatió a los almorávides y reforzó su dominio en Levante. Sin embargo, en 1099 fallece de muerte natural. De este modo, moría el hombre, pero su leyenda seguiría viva hasta nuestros días.