Cuando se habla de arte, existen infinidad de conceptos dispuestos a explicar de forma detallada lo que eso significa.
Pero haciendo un buen análisis y una síntesis del mismo, se podría decir que el arte es: una forma de expresión humana, en la cual el hombre busca comunicar experiencias, percepciones, emociones o simplemente expresar ideas. Todo esto, utilizando diferentes recursos, ya sean lingüísticos, plásticos, sonoros o mixtos.
En este sentido, ya que los videojuegos contienen todos esos recursos en su interior y son el resultado del trabajo humano, es posible afirmar que estos son una forma de arte contemporáneo.
En el siguiente artículo se explica a mayor profundidad, por qué esta afirmación es cierta y cuál es la importancia de los videojuegos en el mundo abstracto del arte. ¡Comenzamos!
Contenido
Videojuegos con guión y una buena narrativa
Tal cual como si se tratara de obras literarias, muchos juegos de video contienen una estructura narrativa espléndida y un guión que puede desatar emociones intensas en sus jugadores. Ejemplos de estos pueden ser títulos como Red Dead Redemption 2 (2018) o la saga de God of War.
Eso sí, ya que el mundo de los videojuegos es tan amplio, existen otros muchos títulos que no tienen una narrativa específica, ahora bien, esto último no quiere decir que no contengan otros elementos artísticos.
Por ejemplo, hay muchos usuarios que han probado y ganado con Pine of Plinko 2, una tragaperras de vídeo diseñada por Print Studios que pone sobre la mesa un apartado audiovisual precioso, sumergiendo al usuario en un mundo gélido lleno de personajes pintorescos. Títulos que no necesitan de una narrativa potente para transmitir emociones intensas.
Apartado visual
Al igual que el ejemplo de las máquinas tragaperras, existen muchos videojuegos que no solamente tienen un guión con una historia realmente potente, sino que desde la misma concepción gráfica ya pueden ser considerados una forma de arte.
Esto puede ser bastante subjetivo, pero no cabe duda del trabajo artístico que muchos estudios han hecho con sus títulos.
Ejemplos hay demasiados, se podría comenzar recordando los antiguos Castlevania de Konami, piezas clásicas 2D donde el arte y sus colores se observan en cada pixel. También están las poderosas ilustraciones y campos abiertos de los últimos juegos de The Legend of Zelda: “Breath of the Wild” y “Tears of the Kingdom”, dos joyas gráficas de alta calidad capaces de desatar un sinfín de emociones en sus jugadores con tan solo apreciar los gráficos del juego.
No hay duda de que visualmente, el trabajo realizado en muchos de estos títulos ha sido digno de estudio y admiración. Más allá de los avances tecnológicos, existen obras con identidad propia que a pesar de pasar los años y estar concebidas en unos pocos bits y píxeles, han traspasado el concepto artístico y son actualmente apreciadas como una expresión visual única e irrepetible.
Banda sonora
Otro elemento clave en el arte es la música. Y en este apartado, los videojuegos también destacan ampliamente por añadir melodías y bandas sonoras que por sí solas, ya se pueden considerar obras de arte.
De nuevo, aunque este elemento puede ser subjetivo, existen miles de títulos con bandas sonoras increíbles. Solo por mencionar algunos, están juegos de video como Final Fantasy VII (1997) o Metal Gear Solid V: The Phantom Pain (2015).
A lo largo de los años, muchos jugadores se han detenido por varios minutos solo a escuchar la ambientación y la música del título; un momento lleno de emociones que vale la pena repetir cada vez que se rejuega un videojuego con una banda sonora increíble.
Entonces, ¿son una forma de arte?
Si se entienden los juegos de video como una creación humana, donde se busca expresar emociones con distintos recursos audiovisuales y contar una historia, entonces sí, pueden ser considerados como una forma de arte.
Ahora bien, el debate se complejiza un poco al ser los videojuegos una forma interactiva de entretenimiento que no busca ser contemplada, son creaciones que son utilizadas y generan diversión. Sumado a ello, los juegos de video tienen una seria connotación económica, desarrollándose la gran mayoría de ellos con claros fines de lucro, más allá de la inspiración artística de un grupo de personas.
Esto último dificulta un poco que muchos usuarios consideren a los videojuegos como una forma genuina de arte.
Afortunadamente, existen instituciones como el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) que en el año 2013 incluyó en una de sus exposiciones (2013) a estas creaciones artísticas, reconociendo de esta manera el valor cultural de los juegos de video. En este mismo sentido, los gobiernos de Francia (2006) y Alemania (2018) han fijado posturas a favor de los videojuegos como expresiones artísticas y culturales del ser humano.
Es por ello que la discusión debe seguir en pie, ya que al combinarse elementos de diseño visual, narrativa y música, todos interactuando al mismo tiempo, es difícil negarse a la idea de que estas creaciones humanas no sean consideradas una forma de arte, más allá de la industria multimillonaria que los rodea.