¿Cuáles son las fases de un proyecto de arquitectura?

Proyecto de arquitectura

A la hora de una reforma, construcción nueva o rehabilitación de cualquier inmueble, el desarrollo de un proyecto de arquitectura es innegociable. Su importancia es vital para obtener los resultados adecuados de acuerdo al presupuesto, a los intereses de los solicitantes, al contexto físico donde se desempeña la obra, y por supuesto, de cara a la calidad final del proyecto.

Innegociable e importante, un proyecto de arquitectura debe detallar exactamente lo que se quiere hacer, cómo se hará, indicando qué estilos o técnicas de ingeniería y construcción debe seguir, y por supuesto, es un proyecto en el que el punto de vista de los clientes juega también un papel crucial, tal como ocurre con Mahatma, un estudio de arquitectos en Málaga que destaca por incluir a los clientes desde las primeras fases del proyecto de arquitectura para hacerlos partícipes de cada una de las actividades, mediante un sistema de colaboración en tiempo real innovador para el sector.

Aparte de los plazos, costes, materiales y demás, el proyecto de arquitectura también es necesario para presentarlo ante los ayuntamientos en cuestión, con el fin de solicitar la licencia de obra correspondiente, un documento indispensable para comenzar cualquier proyecto de rehabilitación, reforma o construcción de obra nueva.

Las distintas fases de un proyecto de arquitectura

Trabajos previos

Como se decía en el caso de Mahatma Arquitectos, el estudio de arquitectura en Málaga que también realiza proyectos en Marbella y la Costa del Sol, utilizan herramientas de diseño colaborativo para “codiseñar” junto con los clientes, de manera que estos últimos siempre sean partícipes de cada propuesta y alternativa que se plantee.

Y esa ventaja es obvia en la primera fase del proyecto, denominada como “trabajos previos”, donde lo primordial es conocer las necesidades, los deseos, el presupuesto y el contexto en el que desarrollará dicho proyecto. Así, también se estudia la normativa, se evalúan las limitaciones o restricciones, y se analiza la existencia de algunos aspectos que impliquen tareas previas a la construcción en un determinado espacio del inmueble o solar.

Anteproyecto

La denominada fase de bocetos, el anteproyecto, es el nacimiento formal del proyecto de arquitectura. En esta fase se desarrollan los primeros planos, dibujos e ideas sin mucho nivel de detalle o rigor metodológico. La importancia del anteproyecto es materializar o formalizar las ideas y las pretensiones de los clientes, y valorar cada una de las ventajas o desventajas dentro de la singularidad del proyecto.

En el anteproyecto, además, tiene gran importancia la elección del estudio de arquitectura, ya que allí se comenzarán a incluir las ideas o perspectivas de ingeniería y construcción, lo que permitirá a los clientes conocer las principales ventajas que tendría la obra ya terminada.

Proyecto básico

Sin embargo, es en la tercera fase, donde las ideas plasmadas por el estudio de arquitectos deja entrever todas sus virtudes, puesto que el nivel de detalle y el rigor técnico es mayor. El proyecto básico sirve para solicitar la licencia de obras, puesto que su rigor es similar al del proyecto final.

Si los profesionales cuentan con estilos o directrices de diseño específicos, como el caso de BREEAM y PASSIVHAUS, en el caso de Mahatma, el estudio de arquitectura en Málaga citado antes, será en el proyecto básico donde se detallen con mucha meticulosidad cada una de las propuestas planteadas en ese sentido, de manera que ya la idea general del proyecto esté plasmada en el documento.

Proyecto final o de ejecución

Es el proyecto final, que sirve como una guía para la ejecución de las obras en el terreno. El proyecto final no añade tantos elementos arquitectónicos, sino que se encarga de los detalles técnicos relacionados con la eficiencia energética, instalaciones eléctricas, de agua, detalles estructurales, etc., todo con estudios, mediciones y un nivel de detalle exacto.

Tras ello, las obras comienzan, y siempre y cuando se haya contratado al mejor estudio de arquitectura posible, acabarán con un resultado idéntico al previamente indicado, y en ocasiones, mejor que lo que el proyecto final plasmaba.

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