Preparar unas oposiciones no es tarea fácil, dado que son necesarias muchas horas de estudio y tener una disciplina que pueda ayudarnos a los periodos de desánimo por los que, indudablemente, pasan todos los opositores. Aun así, hay fórmulas para hacer más llevadera esa preparación y una de ellas, sin lugar a dudas la más eficaz, son las academias. Descubre algunos porqués en este artículo.
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Porque nos proporcionan todo el material que necesitamos
Qué duda cabe que una de las virtudes de todas las academias de oposiciones en Madrid es que disponen de todos y cada uno de los temarios de las pruebas teóricas que tienen que superar quienes se enfrentan a una oposición y que, por supuesto, se los suministran a sus alumnos, de forma que estos solo tengan que dedicarse a estudiar y puedan olvidarse de recopilar la información y prepararla para que sea fácil de memorizar.
Porque ponen a nuestra disposición a profesores preparados para solventar todas nuestras dudas
Aun así, es fácil que mientras estudiamos nos surjan unas dudas que, a veces, pueden hacer que no comprendamos lo suficientemente bien la materia que tenemos que memorizar o que nos hagan perder mucho tiempo de estudio si tratamos de solventarlas por nosotros mismos.
En este sentido, tenemos que destacar cómo las academias de oposiciones no solo nos proporcionan la posibilidad de asistir a unas clases (presenciales o virtuales, según sean nuestras posibilidades) en las que sus profesores explican todo el temario para hacernos más fácil el estudio, sino que también nos facilitan recibir un trato individualizado, gracias al que podemos plantear nuestras dudas al profesor y dejar que este nos las resuelva.
Porque nos ponen en contacto con otros opositores
Todo aquel que alguna vez se haya sentado a estudiar durante cierto tiempo sabe que hay momentos en los que sufrimos desaliento y pensamos en abandonar, aunque no lo hagamos porque sabemos que hacerlo significaría que todo el esfuerzo que hemos realizado hasta ese momento sería para nada.
Aun así, en esos momentos de los que hablamos es importante contar con el apoyo de alguien, a poder ser, que esté pasando por nuestra misma situación y realmente comprenda por lo que estamos pasando.
Pues bien, el tercer motivo que nos lleva a recomendar utilizar los servicios de una academia presencial para preparar las oposiciones no puede ser otro que el de que nos sirve para socializar con otras personas en nuestra situación y, de algún modo, liberar la tensión que nos producen las largas horas de estudio.
Porque se adaptan a nuestras necesidades
Muchos opositores no se apuntan a una academia de oposiciones porque trabajan o tienen unas obligaciones familiares que, a su juicio, les impide adoptar las rutinas de asistencia a clase que imponen estas.
Sin embargo, lo cierto es que las academias de oposiciones ponen a nuestro alcance la posibilidad de asistir a clases presenciales a una determinada hora de un día preciso, pero también ofrecen programas semipresenciales y 100% online que, aunque minimizan al máximo la posibilidad de socializar con otros opositores, nos facilitan compaginar nuestro estudio con los quehaceres diarios.
Así, puede decirse que todos tenemos un sitio en las academias para oposiciones, independientemente de nuestras circunstancias personales, motivo por el que no hay absolutamente ninguna excusa para dejar de disfrutar de todas sus ventajas.
Porque nos permiten evaluar nuestro nivel de preparación
Por último, aunque desde luego no sea la ventaja menos importante de cuantas hemos mencionado, es necesario que mencionemos el hecho de que las academias de oposiciones evalúan constantemente los avances de todos sus alumnos a través de unos tests que, por cierto, están disponibles tanto en la modalidad presencial como en las demás.
De esta forma, las academias nos estimulan al estudio y, al mismo tiempo, nos hacen conscientes de hasta qué punto estamos preparados para enfrentarnos a la prueba real, algo especialmente importante a la hora de decidir si estamos lo suficientemente preparados para presentarnos y maximizar las posibilidades de que obtengamos un puesto de trabajo para toda la vida.