Nuevos enfrentamientos tuvieron lugar en Barcelona en el segundo día de protestas entre radicales independentistas y Mossos de d’Esquadra. Por la noche, los grupos independentistas celebraron numerosas manifestaciones frente a las distintas delegaciones del gobierno en las principales ciudades de Cataluña. Cuarenta mil personas se manifestaron en Barcelona y 9.000 en Girona alentados por el President de la Generalitat Quim Torra.
En la metrópoli catalana, la policía repelió a unos cientos de manifestantes, con rostros enmascarados, que arrojaron todo tipo de proyectiles sobre los agentes provocando fuegos frente al cordón policial. Tres personas fueron arrestadas, según la policía catalana. Las cargas policiales también tuvieron lugar en Tarragona o Girona,
En la mañana del martes, activistas separatistas cortaron carreteras, incluida la autopista que une Barcelona con Francia en la región de Girona, y ferrocarriles en toda la región, según el Ministerio de Transporte.
Este segundo día de tensiones se produjo después del bloqueo el lunes del aeropuerto de Barcelona, a la llamada de la misteriosa organización «Tsunami Democrátic».
Por su parte, el Gobierno aseguró su compromiso para garantizar la seguridad en Cataluña y denunció que las protestas de grupos radicales son acciones coordinadas, para «romper la convivencia» en Cataluña.
Según el administrador de AENA, unos 10.000 manifestantes, habían bloqueado hasta altas horas de la noche el acceso al aeropuerto, donde se habían cancelado más de 100 vuelos.
Los manifestantes se enfrentaron con la policía que disparó balas de gomaespuma. Según los servicios de emergencia, 115 tuvieron que ser atendidos médicamente en el aeropuerto el lunes. Un manifestante perdió el uso de un ojo, una lesión «consistente» con un proyectil policial, según el hospital donde fue operado el martes.
La movilización «continuará», dijo un empleado de banca de 60 años en Barcelona, refiriéndose a España y Cataluña como «cónyuges ya separados que solo necesitan negociar los términos del divorcio».
Las manifestaciones saldrán el miércoles de cinco ciudades catalanas para converger en Barcelona el viernes, día de la «huelga general» y la manifestación masiva.
«Lo que dicen los manifestantes en las calles (…) es que al encarcelar a las personas, no resolveremos nada» y que debemos «sentarnos, hablar y encontrar una solución democrática» aseguró el presidente separatista del Parlamento catalán, Roger Torrent.
Reiteró que el objetivo de los separatistas era obligar a Madrid a negociar un referéndum sobre autodeterminación: «para nosotros, esta es la única fórmula para resolver el conflicto».
«Ahora, la gente debe estar en la calle, todas las revueltas van desde allí, ¡miren a Hong Kong!», Aseguró Victoria Santos, una manifestante de 62 años de Barcelona.