Según una encuesta del Movimiento Natural de la Población, durante el pasado 2017 hubo en España un total de 391.930 nacimientos, el número más bajo de la natalidad en España desde 1999 y un descenso de hasta el 4,5% con respecto al año anterior.
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8,4 nacimientos por cada 1.000 habitantes
La crisis económica, surgida en el año 2008, ha golpeado con fuerza el índice de natalidad en nuestro país. No en vano, desde ese mismo año los nacimientos han caído en España cerca de un 25%. Precisamente, ese mismo 2008 supuso un pico en la natalidad española, con el nacimiento de 519.779 niños.
Hay datos a este respecto que son más que elocuentes. La tasa de natalidad en España se ha situado en la actualidad en 8,4 nacimientos por cada mil habitantes. Unos números que suponen la cifra más baja desde que se inició esta serie histórica allá por 1976.
La edad media de la maternidad
El problema de la baja natalidad en España tiene una causa principal: la dificultad de los jóvenes para acceder a un puesto de trabajo con buenas condiciones laborales. Es por esta razón principalmente por lo que las mujeres deciden tener su primer hijo mucho más tarde que años anteriores.
La edad media de la maternidad en la actualidad llega ya a los 32,1 años, cuando en el periodo anterior a la crisis económica, año 2007, era de 30,8. Un efecto que, entre otras cosas, ha provocado que las familias se hayan reducido. El número medio de hijos por mujer se sitúa ahora en 1,31, mientras que en el 2008 era de 1,44.
Saldo vegetativo de la población
Al mismo tiempo, la baja natalidad en España incide también en el saldo vegetativo de la población española. Durante el pasado año 2017 hubo 31.245 de defunciones más que nacimientos, la peor cifra registrada desde hace muchos años.
Si nos trasladamos al 2008, año de la llegada de la crisis económica, el dato es demoledor con respecto al saldo vegetativo. En aquella ocasión, hubo en España 134.305 nacimientos más que defunciones. Desde entonces, la cifra ha ido bajando paulatinamente año a año hasta llegar a las cifras negativas del 2007.
En definitiva, las tasas de natalidad se hallan actualmente en mínimos históricos en España. Un desplome que además ha coincidido con el fin de la inmigración. Estamos pues frente a la mayor pérdida natural de población, con un importante aumento en el número de defunciones debido al envejecimiento de la población.
El deterioro de la natalidad en España a consecuencia de la crisis económica amenaza la sostenibilidad de las cuentas públicas. La solución a esta crisis demográfica parece estar en la inmigración. Si el país crece y crea empleo, volverá a atraer flujos migratorios y asistiremos a un nuevo repunte de la natalidad.