La prevención de riesgos en el entorno laboral cobra una nueva dimensión debido a la coyuntura actual, donde una pandemia vírica ha puesto en jaque a todos los sectores de la sociedad. Todos estamos expuestos a contagiarnos con el nuevo coronavirus, ya que no existe un precedente de esta infección en nuestra historia inmunológica y tampoco existe una cura de momento.
Ahora que se intenta transitar el camino hacia una “nueva normalidad”, es necesario que se atienda una serie de medidas para evitar la propagación del virus y proteger la salud de los trabajadores. Las oficinas y centros de trabajo tendrán que adoptar soluciones inteligentes relacionadas con la higiene, el control de accesos, la limitación del aforo y la planificación de las actividades diarias.
Además, tendrán que adecuar los espacios de uso común atendiendo a la necesidad de evitar la conglomeración de personas. El distanciamiento social, la higiene y el control del estado de salud del personal es un asunto fundamental, además de trabajar con especialistas en equipamiento de entornos como Crambo, una empresa española con más de 30 años de experiencia en el tema.
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Incorporar nuevos protocolos de seguridad es una obligación
El protocolo de seguridad e higiene se irá adaptando con el paso de las semanas y las circunstancias propias de una pandemia. En primer lugar, las oficinas y centros de trabajo tendrán que realizar una evaluación del riesgo de exposición al coronavirus de todas sus instalaciones e incorporar una solución para diagnosticar afectados de manera eficiente.
Será indispensable dibujar una hoja de ruta que permita organizar el trabajo en la oficina de una manera eficiente, utilizando tecnología y medios de protección colectiva como el Healthcare Station, provisto por la empresa Crambo, que se refiere a un sistema de detección temprana en tiempo real que evalúa una serie de parámetros clínicos y síntomas de la COVID-19.
Incrementar las medidas de higiene
Por parte del personal, el respeto a las medidas de protección personal como el lavado de manos, la desinfección constante de las áreas de trabajo y los objetos de uso cotidiano, el uso de mascarilla y respetar el distanciamiento social son parte de las claves para disminuir el riesgo de contagio de la COVID-19 en la oficina.
Desde el punto de vista de la empresa, es importante que se incrementen las medidas de higiene en el lugar de trabajo. La reducción de la concentración de trabajadores en áreas específicas de la oficina y el diseño eficiente de flujos de trabajo serán algunas de las claves para que el equipo de labores pueda reincorporarse a sus actividades de manera segura.
En esto, la empresa española Crambo puede convertirse en un excelente aliado. Con más de 30 años de experiencia en el mercado de la previsión, innovación y desarrollo de soluciones tecnológicas para sectores en auge, esta empresa se puede realizar la asesoría y acompañamiento completo para hacer más eficiente este proceso de adaptación.
Ciertamente, la prevención es una tarea de todos, pero son las empresas quienes deben dar el primer paso y establecer protocolos claros de seguridad e higiene para proteger a su recurso humano durante el regreso a la denominada “nueva normalidad”.