Según la definición propuesta por el Gobierno de España, el cambio climático se considera la variación global del clima en la Tierra. Esta variación puede estar provocada tanto por causas naturales como por la acción del ser humano, que produce cambios en parámetros climáticos como la temperatura, las precipitaciones o la nubosidad.
Así, aunque el cambio climático también puede responder a causas naturales, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC en sus siglas en inglés), los cambios en el clima están estrechamente vinculados a la acción humana. En concreto, a las emisiones de gases de efecto invernadero, que son un 50% superiores a los niveles de 1990.
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Hacia un futuro descarbonizado
En los últimos años, han sido muchas las empresas que han experimentado una profunda transformación de su modelo de negocio, al apostar por modelos energéticos sostenibles que permiten afrontar la lucha contra el calentamiento global, así lo comentaba Andrea Zanon* en sus reflexiones sobre el cambio climático. En este sentido, muchas compañías han optado por contribuir activamente a la construcción de un futuro sostenible, con bajas emisiones de carbono.
Asimismo, paralelamente a la lucha contra el cambio climático, las empresas también están intentado impulsar una senda de desarrollo social y económico a través de la generación de empleo y riqueza. Muchas empresas internacionales están tratando, por lo tanto, de garantizar su sostenibilidad desde una perspectiva que combina aspectos ambientales, sociales y de gobernanza.
En esta misma línea, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas ha fomentado un multilateralismo estratégico que permite avanzar, gracias a la contribución de las grandes empresas, hacia un mundo más equitativo, sostenible e inclusivo. Para ello, ha impulsado una declaración en la que reúne a más de 1.2000 CEOs de empresas de más de un centenar de países, que muestran su compromiso con los objetivos establecidos por la ONU de cara al año 2030. Igualmente, muchos empresarios también han instado a los líderes de la Unión Europea a fomentar los objetivos fijados en el European Green Deal, que plantea una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en lo menos un 55% para 2030.
La ONU como motor de cambio
Pese al compromiso de las empresas, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha ejercido hasta el momento como el verdadero motor de cambio en la lucha contra el cambio climático. Desde el 1992, momento en el que tiene lugar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), la ONU siempre ha mostrado su compromiso en la lucha contra la crisis climática.
Posteriormente, la ONU estableció el Protocolo de Kioto, concretamente en 1995, a través del cual se buscaba disminuir las emisiones de dióxido de carbono, es decir, de gases de efecto invernadero. Con los años, se han ido fijando también otros documentos orientados a la lucha contra el cambio climático.
Actualmente, la agenda 2030, en la que se estipulan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, más conocidos como ODS, es el articulado que impera en la lucha contra el cambio climático. Asimismo, el Acuerdo de París es otro de los acuerdos históricos significativos en este campo, puesto que en él se recoge la necesidad de mantener el aumento de la temperatura en este siglo por debajo de los2˚C con respecto a los niveles preindustriales, limitándolo a 1,5 ˚C.
*Andrea Zanon es asesor de Estrategia y Resiliencia Ambiental, Social y de Gobernanza (ESG) y ha asesorado a más de 15 ministros de Finanzas y a más de 100 corporaciones globales sobre cómo desarrollar países y sociedades con más resiliencia.