El dolor crónico es aquel que persiste y puede tener una duración que incluya desde semanas hasta años. En algunos casos no tiene cura, y en otros no se sabe la causa, pero en muchas ocasiones hay un tratamiento que puede aliviar y hasta hacer que cesen los síntomas.
Uno de esos tratamientos son las infiltraciones, las cuales son aplicadas por el médico tras tratar al paciente de otras maneras, casi siempre con analgésicos por vía oral.
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¿Qué es una infiltración?
Una infiltración es uno de los tratamientos que se pueden aplicar en una clínica del dolor y consiste en una inyección dentro del tejido, de un medicamento que puede ser un analgésico, un antiinflamatorio o una combinación de ambos.
Cuando se trata de infiltrar la rodilla, el codo o cualquier articulación en las extremidades, el procedimiento se puede realizar en el consultorio del traumatólogo.
¿En qué casos es conveniente una infiltración?
La infiltración es un procedimiento mínimamente invasivo, pero que debe hacerse después de haber agotado la vía farmacológica oral. Además de eso, el paciente debe ser muy bien evaluado, y el médico debe tener certeza de la dolencia o lesión que tiene el paciente.
La infiltración se aplica cuando hay dolor, inflamación o ambas y los síntomas persisten sin mejorar o con muy poca mejora. Por lo general, este tratamiento es muy efectivo, por el hecho de colocar el medicamento justo en el sitio del dolor.
Las infiltraciones también se usan para el tratamiento de diversos tipos de lesiones, con el fin de acelerar la recuperación del paciente. En el tratamiento de la artrosis y la artritis es común el uso de infiltraciones con ácido hialurónico, ya que esta sustancia ayuda a hidratar los tejidos y a regenerarlos, y provoca un alivio duradero a los pacientes.
Otro uso que tienen las infiltraciones es para el tratamiento de bursitis, tendinitis, fascitis plantar, codo de tenista y cualquiera de tipo inflamatorio.
¿En qué casos están contraindicadas las infiltraciones?
Existen algunos casos en los que no se recomienda infiltrar el tejido, de manera que los siguientes son algunos de ellos:
- Cuando se desconoce la patología que padece el paciente. Siempre se debe aplicar la infiltración tras una evaluación exhaustiva.
- Si hay infección en la zona a infiltrar.
- No se deben aplicar sustancias a las que el paciente sea alérgico.
- Con algunas sustancias hay que tener cuidado en pacientes cardiópatas, hipertensos o con otras patologías de base.
- Si la articulación está inestable, no es conveniente infiltrar.
¿Qué hacer después de la infiltración?
Tras una infiltración hecha en el consultorio, el paciente se puede ir a casa el mismo día y debe observar los siguientes cuidados:
- Debe permanecer en reposo por algunas horas, de preferencia hasta el día siguiente.
- De acuerdo con las condiciones del paciente, el médico puede indicar algún analgésico vía oral.
- Es bueno aplicar frío en la zona, para ayudar con los efectos de la infiltración y aliviar las molestias por el procedimiento.
- Se debe evitar hacer esfuerzo con la articulación involucrada.
- Hay que observar la evolución del paciente, y hacer una revisión médica una semana después de la infiltración.
¿Qué sustancias se inyectan en una infiltración?
Como hemos dicho, una infiltración es una inyección que se aplica en un tejido, puede ser en una articulación o en una zona cercana. La sustancia que se inyecta puede depender de la patología o lesión, también hay que tener en cuenta la historia clínica del paciente.
Los corticoides son medicamentos muy usados para infiltrar, ya que son muy efectivos como antiinflamatorio. Además, como la aplicación es local, no produce los efectos secundarios que puede producir por otras vías de administración.
Los analgésicos son las otras sustancias que son frecuentes de utilizar, ya que el dolor es un motivo muy común para indicar una infiltración. Las infiltraciones son procedimientos de rápido efecto, por lo que son un recurso muy utilizado para tratar el dolor traumatológico.