Dormir es primordial para cuidar y mantener nuestra salud física y mental. Sin embargo, no todo el mundo logra disfrutar de un sueño reparador. Según el último estudio de la Sociedad Española de Neurología (SEN), casi el 50% de la población adulta ha sufrido o sufrirá trastornos del sueño en algún momento de su vida. Conocer las claves para lograr un sueño de calidad nos ayudará a descansar como nuestro cuerpo se merece.
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Por qué dormir bien es tan importante
El sueño es un proceso biológico imprescindible en la vida de cualquier ser humano. Tener energía para afrontar la rutina diaria, ser más receptivo a la hora de aprender o asimilar información, mantener un sistema cardiovascular sano, liberar la hormona del crecimiento en niños o las hormonas de la fertilidad en los adultos…, son sólo algunos de los efectos beneficiosos que dormir bien tienen sobre nuestro organismo.
Cuando dormimos, pasamos por diferentes fases o “ciclos del sueño”. Estos suelen repetirse de 4 a 6 veces durante la noche. La fase del sueño profundo y la fase REM, son las últimas y las más importantes. Despertarse varias veces por la noche provoca que no pasemos por estos ciclos de forma adecuada y que perdamos calidad de sueño. Cuando sufrimos problemas para dormir, muchas veces nos preguntamos cómo conseguir un sueño profundo. Por fortuna, existe una respuesta a esta cuestión. El siguiente artículo nos muestra técnicas muy sencillas que pueden ayudarnos a dormir mejor y lograr un sueño profundo y reparador.
Técnicas para lograr un sueño profundo y reparador
Mantener una correcta higiene del sueño, o lo que es lo mismo, lograr que nuestras horas de sueño sean suficientes y de calidad, es vital para nuestra salud. La cantidad que una persona adulta necesita dormir oscila entre 7 y 8 horas cada noche. A medida que envejecemos tendemos a dormir menos. El blog tuequilibrioybienestar.es nos ofrece consejos para cuidarnos y lograr esas horas de descanso que todos necesitamos.
Existen factores que pueden interferir o alterar nuestro sueño (estrés, problemas familiares…). Si bien es cierto que, es muy difícil tener un control absoluto sobre todos los agentes externos que afectan a nuestro sueño, sí que podemos adoptar unos hábitos y rutinas diarias que nos ayuden a dormir las horas suficientes. Si sufrimos por la falta de sueño y nos preocupa cómo conseguir un sueño profundo y regenerador, seguir las siguientes técnicas y consejos pueden ser una excelente forma de comenzar a dar solución a nuestro problema:
Respetar los horarios de sueño
Seguir el mismo horario, a la hora de acostarnos y levantarnos, nos ayudará a reforzar nuestra rutina del sueño. Los fines de semana, podemos alargar este horario en una hora pero no mucho más. Cuando nos acostamos, si permanecemos despiertos en la cama más de veinte minutos, es recomendable salir del dormitorio y realizar una actividad relajante (leer, escuchar música tranquila,…) hasta que nos entre el sueño.
Reducir las siestas
Una siesta demasiado larga puede perjudicar nuestro sueño nocturno. Si necesitamos dormir una siesta en algún momento puntual del día, esta no deberá sobrepasar la media hora. Se recomienda no dormir la siesta más allá de las cuatro de la tarde para no llegar a la hora de acostarnos sin sueño y, por lo tanto, alterar su rutina.
Practicar ejercicio físico a diario
Incorporar el ejercicio físico en nuestro día a día nos ayudará a dormir mejor. No obstante, es importante no realizar ejercicio intenso poco antes de ir a dormir ya que lograremos el efecto contrario. Las actividades al aire libre tales como caminar, ir en bicicleta, realizar estiramientos o correr con una intensidad suave son muy recomendables para lograr conciliar el sueño.
Llevar una dieta adecuada
Una dieta libre de estimulantes tales como la nicotina, cafeína y alcohol es esencial para lograr un sueño de calidad. Evitar las comidas pesadas o difíciles de digerir así como alimentos picantes por la noche es vital para evitar problemas a la hora de conciliar el sueño o dormir las horas suficientes. Tomar una cena ligera y equilibrada es un gran aliado en estos casos.
Crear un entorno cómodo
El lugar en el que dormimos es esencial para lograr esa calidad de sueño que andamos buscando. Una habitación, bien ventilada, en la que la temperatura ambiente no sea demasiado fría o caliente y donde no existan focos de luz continuos, es importante para relajar nuestro cuerpo. Utilizar una cama, una almohada y ropa de dormir cómodas son primordiales para conseguir el mejor descanso.
Realizar actividades relajantes
Intentar no llevarse los problemas a la cama resulta difícil y suele alterar nuestro sueño. Llevar a cabo actividades relajantes que nos permitan gestionar y mitigar el estrés son muy recomendables. Leer un libro, escuchar música tranquila, usar técnicas de relajación como la respiración o la meditación o darse un baño caliente son actividades que nos aportan tranquilidad y preparan mente y cuerpo para acoger el momento del sueño.
Evitar los dispositivos electrónicos
El dormitorio debe ser un lugar reservado para descansar. Si queremos ganar en calidad de sueño es importante evitar ver la televisión o utilizar dispositivos electrónicos (tablets, móviles, portátiles,…) en la cama. Exponerse a algún tipo de pantalla justo antes de dormir provocará que nuestra mente esté demasiado alerta y activa y nos cueste más de lo necesario conciliar el sueño.
Probar opciones naturales
Una de las posibles opciones que nos pueden ayudar a mejorar la calidad de nuestro sueño es la melatonina. Esta sustancia es segregada por nuestro cerebro en condiciones de oscuridad. Su función es la de inducirnos el sueño. Para lograr un sueño reparador, podemos tomar melatonina por vía externa, tanto en gotas como en pastillas o comprimidos. La melatonina consigue que se inicie el sueño sin alterar la estructura de los ciclos del sueño.
Adquirir unos hábitos saludables que nos permitan trabajar la calidad de nuestro sueño repercutirá positivamente en nuestra calidad de vida. Lograrlo, depende de nosotros.