En nuestra vida cotidiana, la seguridad y salud dentro del entorno supone un elemento de vital importancia, presente en una gran cantidad de situaciones. Por ejemplo, se habla de seguridad al referirnos a las medidas de prevención del delito y también a los sistemas que nos ayudan a mantenernos a salvo en situaciones que potencialmente pudieran afectar nuestras vidas.
La prevención de daños materiales y personales en situaciones especiales como inundaciones o incendios también forman parte del concepto de seguridad. De aquí se derivan también los protocolos de protección pasiva contra incendios, los cuales cumplen con la función de mantener un nivel de seguridad óptimo para las personas y los bienes materiales en caso de un incendio.
Tanto dentro del entorno residencial, como para las empresas, resulta fundamental reconocer la importancia que tiene la protección pasiva contra el fuego y aprender a aplicar un sistema preventivo con el cual lograr que los incendios afecten gravemente al edificio. Esto se logra aplicando un conjunto de elementos constructivos en combinación con unas medidas de seguridad determinadas.
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¿Qué podemos hacer para protegernos en caso de incendios?
Existe una serie de medidas fundamentales a aplicar para asegurar la protección de las personas y los bienes materiales muebles e inmuebles en casos de incendio. Estas medidas se dividen esencialmente en dos tipos:
Protección activa
Este tipo de protección se refiere a las actuaciones de acción directa como alarmas y herramientas de extinción que se utilizan en medio de situaciones de emergencia.
Protección pasiva
Hace referencia a las medidas que se implantan en los edificios e incluyen el uso de determinados materiales, sistemas y técnicas de construcción que permiten prevenir incendios y/o retrasar su propagación.
En este caso, nos centramos en la protección pasiva y su importancia. Como mencionamos en líneas anteriores, se trata de los materiales que se implementan con el objetivo de evitar la propagación de incendios dentro de infraestructura, lo cual permite evacuaciones seguras y se proteja la integridad de los bienes materiales en emergencias relacionadas con fuego.
Su importancia radica en que no requiere elementos electrónicos ni eléctricos y simplemente hace uso de elementos constructivos que, de igual modo, estarán presentes en la estructura, de ahí su carácter pasivo, ya que no requieren de la intervención humana para funcionar y mitigar los riesgos en situaciones de emergencia.
¿Cuáles son los elementos de protección pasiva que se pueden utilizar?
Existen diferentes soluciones constructivas aplicables y una serie de materiales homologados para este fin. Por ejemplo, para protección estructural se utilizan morteros con fibras minerales, placas de fibrosilicato, pintura intumescente, particiones de vidrio, conductos, tabiques, techos falsos, forjados, franjas cortafuego, espuma y otros elementos.La inclusión de estos materiales y sistemas de construcción debe responder estrictamente a la normativa relacionada con la protección pasiva que se encuentra disponible en España, como el CTE (Código Técnico de la Edificación) (Real Decreto 314/2006) y el SCIEI D.D. 2267/2004 (Reglamento de seguridad contra incendios en los Establecimientos Industriales).