Desde hace muchos años, la sastrería artesanal ha sido símbolo de elegancia masculina. Lo cierto es que un traje hecho a medida es más que una simple ropa de vestir, es sinónimo de estilo, distinción y personalidad. En este sentido, hay que decir que el sector retail en la actualidad se rige por prendas hechas rápidas y con una gran producción, sin embargo, este tipo de confecciones artesanales siguen estando muy presentes en los hombres, debido a que es un arte que se valora y que se vuelve muy necesario sobre todo, para vestirse en ocasiones especiales.
Debido a cómo está el mercado de la moda hoy en día, existe un gran desconocimiento acerca de las técnicas artesanales para confeccionar ropa y es que, aunque muchos no se lo crean, la sastrería tradicional sigue existiendo y, poco a poco, está ganando de nuevo terreno. Hay que decir que es una técnica esencial dentro de la moda masculina, sobre todo para aquellos hombres que requieren de trajes en su día a día o para las ocasiones especiales.
Un sastre hombre conoce a la perfección todas las técnicas, métodos e incluso los mejores materiales para poder realizar un traje a medida, sabiendo que pueden crear diseños innovadores y perfectos para cada ocasión.
Aunque cada establecimiento cuenta con sus propias técnicas, lo cierto es que, cuando se habla de sastrería artesanal, hay ciertas características que nunca pueden faltar tanto en el trabajo como en la calidad de las prendas, solo así se contará con las mejores garantías.
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Ajuste perfecto
Una de las principales características que tiene la sastrería de toda la vida a la hora de confeccionar los trajes hombre es que todas las prendas cuentan con un ajuste perfecto. En este caso hay que decir que, a diferencia de los típicos trajes industriales, los que están hechos a medida, tal y como su nombre indica, contemplan las medidas exactas de cada cliente, combinando calidad y comodidad.
Debido a las técnicas tradicionales utilizadas, el traje se adapta a la perfección a la fisonomía de la persona, lo que permite además dar muy buena imagen y presencia. No hay que olvidar comentar que este tipo de trajes realzan bastante la postura y favorecen ciertos rasgos.
Para poder llevar a cabo este tipo de prendas, es importante que el profesional realice algunas pruebas para ajustar todos los detalles y con el objetivo de que el traje quede puesto de manera natural.
Personalización
Otra de las características que hay que destacar de los trajes a medida es que se pueden personalizar siempre que se necesite esto es, sin duda, una de las grandes ventajas de este tipo de sastrería. Hay que decir que, en este caso, este tipo de prendas permiten que se puedan elegir numerosos elementos tales como los forros, el estilo de la solapa o incluso la tela de los botones. La combinación de todo ello permite que cada traje tenga un estilo personal, único e irrepetible, adaptado a la personalidad y el gusto de cada uno de los clientes.
Lo normal en estos casos es que se pueda elegir el color, la forma de los bolsillos, añadir las iniciales de la persona o también, la cantidad de botones o de otros elementos que se quieran incluir.
Servicios especializados
Cualquier sastrería tradicional ofrece servicios especializados para vestir a la persona en cada ocasión. Ya sea para uso diario o para eventos, estos profesionales sabrán dar con la tecla en todo momento.
Entre los servicios especializados más habituales hay que mencionar la confección de trajes de novio, para que el día de la boda luzca perfecto; también poder hacer camisas hechas a medida y que combine con el traje elegido; o americanas personalizadas, para aquellos que quieran un look más desenfadado y versátil.
Calidad ante todo
Finalmente, también hay que decir que en este tipo de sastrería la calidad prima por encima de todo. En este caso, esto se observa claramente en los materiales utilizados para confeccionar cada prenda, siendo los más habituales: cachemira, algodón, lino o lana virgen.
De igual modo, las técnicas tradicionales también permiten la durabilidad y la comodidad en cada uno de los trajes, a la par que dan ese toque de elegancia inconfundible.