La cuarentena no sólo está causando cuadros de ansiedad y estrés, sino que también está incidiendo en la economía doméstica con un aumento significativo de los euros a abonar en las facturas de luz y gas.
Después de más de tres meses de cuarentena, el organismo no sólo mostraba síntomas de nerviosismo ante lo vivido y ante el futuro que aguardaba, al que tendría que acostumbrarse. La cuarentena obligó a vivir más tiempo en casa y después de la misma, en determinados casos, a continuar viviendo en casa porque se seguía trabajando en el hogar. Y son servicios de los que no podemos prescindir al ser de primera necesidad.
Esta situación ha conllevado un aumento generalizado de los importes en las facturas de luz y gas. Era algo lógico. Se ha utilizado mucho más la electricidad y la energía al estar más tiempo en casa. De hecho, algunos estudios estiman que los españoles han asumido entorno a los 200 euros en estos gastos al estar en casa, para beneficio de las compañías de luz y gas.
Vayamos entonces a esta última preocupación. ¿Cómo podemos ahorrar en la factura de luz y gas? Porque sí, se puede reducir los importes de ambas facturas a final de mes, lo que supondrá una importante ayuda de cara a otros gastos o imprevistos que surgen en estos tiempos convulsos. Hay dos caminos para conseguirlo.
El primero consiste en acceder a un comparador de luz y gas con el objetivo de buscar las mejores compañías de luz y gas que se adecúan a nuestras necesidades dentro del hogar. El otro camino, y no son excluyentes, es implementar una serie de hábitos en casa que nos ayudarán a consumir menos de luz y de gas, al tiempo que somos más respetuosos con el medioambiente.
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Descifrar la factura de luz y de gas
La formación es fundamental en la reducción de las facturas de luz y gas. El saber, y aplicar, una serie de hábitos ayuda a todas las familias, no sólo a aquellas que están enmarcadas en lo llamado pobreza energética. ¿Sabemos interpretar una factura de la luz y gas? Seguramente pocos de nosotros seamos capaces de explicarlo con efectividad.
Debemos entender todos los conceptos porque igual tenemos contratada una tarifa excesiva para nuestras necesidades o podemos ajustarlos a un determinado horario de consumo. Debemos pagar lo estrictamente necesario y, de acuerdo con determinados estudios, si una familia revisa sus facturas consigue un ahorro económico entre un 20 y 30 por ciento en comparación a su anterior factura.
Conseguirlo es sencillo: utilicemos los comparadores de luz y gas, y ajustémonos a las mejores tarifas, contando con los kilowatios que verdaderamente necesitamos. Comprobado este extremo, hay otros elementos a considerar, pues quizá nos convenga desde el punto de vista económico: unificar los proveedores de luz y gas o viceversa, separarlos en función de si tenemos o no un beneficio económico. En este sentido, si optamos por un cambio de nuestros proveedores, la tarea debe resultar sencilla, pues estamos en un libre mercado donde prima la competencia y porque ahora, debido a la situación social actual, se permiten dos cambios de compañía al año; y si ya hemos agotado el cupo será cuestión de regular el contrato vigente. Y sobre todo debemos contratar lo que verdaderamente necesitemos, para lo cual debemos hacer un estudio previo de nuestros consumos en los meses anteriores.
Nuevos hábitos eficientes en el hogar
Independientemente de qué tipo de servicio tengamos contratado, los expertos recomiendan poner en práctica una serie de hábitos encaminados a controlar el consumo eléctrico y energético. Entre las recomendaciones dadas están el utilizar un contador inteligente; utilizar aplicaciones móviles que nos informan los tramos horarios en los que las tarifas están a un precio más asequible; el utilizar bombillas inteligentes; el no dejar ‘conectados’ los aparatos eléctricos que seguirán gastando aunque no los utilicemos; el aprovechar mejor la luz solar; utilizar burletes para ventanas y puertas con los que conseguiremos aislar mejor la vivienda; usar la lavadora o el lavavajillas cuando estén completamente llenos; darse duchas más rápidas; usar regletas; o tableros reflectantes, que bien colocados en los radiadores, evitarán que el calor pueda perderse en esa habitación, sin necesidad de estar siempre conectada la calefacción.
Hay que ser eficientes y siendo eficiente se pueden reducir de manera considerable el importe de las facturas de luz y gas. De hecho, hay asociaciones sin ánimo de lucro que ayudan a todas aquellas personas que lo necesiten, en donde les dan una formación sobre cómo interpretar las facturas y sobre cómo cambiar sus hábitos de vida. Normalmente esta formación está enfocada a personas vulnerables. Unos consejos que no sólo deben quedar para familias, sino que deben extenderse a autónomos y empresas, porque quizá deban revisar sus contratos con las compañías de luz y gas a tenor del aumento del teletrabajo; quizá puedan reducir los gastos de las oficinas que ahora aparecen vacías a consecuencia de la Covid-19.