2020 se está convirtiendo en el gran año del trabajo remoto. La revolución del teletrabajo ya está aquí y cada vez son más las personas que han tenido que trasladar su oficina a casa. Se trata de una medida que favorece la conciliación familiar y que nos ahorra tiempo y gasolina en los trayectos hacia y desde el centro de trabajo, pero también multiplica los riesgos a los que nos exponemos en materia de ciberseguridad. Vamos a repasar algunos de estos riesgos y sus posibles soluciones.
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Una Wi-Fi poco segura
Las redes Wi-Fi de las empresas acostumbran a ser muy seguras y estar protegidas por contraseñas robustas que, además, en muchos casos solo están en manos de los técnicos informáticos. Sin embargo, las redes Wi-Fi de nuestros hogares pueden ser mucho más endebles y, además, tienen la contraseña pegada en el lateral del router. Esto puede dar lugar a filtraciones que expongan nuestros datos privados o profesionales, incluyendo nombres de usuario, contraseñas o números de tarjeta de crédito.
Solución: Puedes utilizar una VPN para encriptar tu conexión, de forma que, incluso si se produjese una filtración en tu Wi-Fi, tus datos permanecerán a salvo en todo momento. También puedes utilizar contraseñas robustas para tu red, de forma que resulte más difícil hackearla por parte de terceros.
El phishing
Al trabajar de forma remota, es más sencillo que recibamos correos electrónicos inesperados de personas que dicen ser compañeros de trabajo, socios de la empresa o asistentes de algún departamento como marketing, recursos humanos o contabilidad. Aprovechando que no estamos en una oficina donde poder contrastar esto de forma directa, aprovecharán nuestra credulidad y nuestro estrés para atacarnos mediante phishing y pedirnos datos personales o profesionales críticos. Si cometemos un desliz y se los facilitamos, podemos comprometer nuestro puesto de trabajo y la seguridad de nuestra empresa.
Solución: Antes de responder a cualquier correo inusual, es fundamental contrastar siempre con personas de confianza para determinar si esos correos son legítimos o fraudulentos. Usar un antivirus también te ayudará.
El uso de los equipos personales para el trabajo
Con frecuencia, cuando trabajamos desde casa preferimos utilizar nuestros propios equipos informáticos para trabajar, en lugar de los de la empresa. Esto puede resultarnos cómodo, pero no es muy buena idea. Los equipos de empresa acostumbran a contar con medidas de protección muy robustas que impiden la instalación de programas de terceros, los blindan frente al malware y redirigen su conexión a través de servidores seguros. Trabajar desde nuestro PC para gaming hará que algunos programas funcionen más rápido, pero también pondrá en grave riesgo los datos confidenciales de nuestro trabajo.
Solución: Utilizar de forma separada los equipos de la empresa y los personales, lo que además ayudará a separar nuestra vida laboral de nuestra vida familiar. Instalar un antivirus profesional en nuestros equipos para minimizar aún más los riesgos.
Usar contraseñas poco seguras
El trabajo desde casa desdibuja la frontera entre la vida laboral y la vida personal, y hace que seamos más propensos a unificar contraseñas para hacernos la vida un poco más fácil. Sin embargo, utilizar la misma contraseña para nuestro correo personal y para el del trabajo puede poner en riesgo ambos, porque una filtración en uno de ellos pasaría a comprometer inmediatamente al otro y nos causaría una pérdida de datos personales y profesionales de mucha gravedad.
Solución: Utilizar contraseñas independientes para cada cuenta, tanto si se trata de cuentas personales como si son cuentas profesionales. Usar un gestor de contraseñas para asegurar que todas ellas son contraseñas robustas.
Llevar el trabajo a cafeterías o espacios públicos
Una de las principales causas de hackeos durante el teletrabajo tiene su origen en la facilidad con que podemos llevarnos el trabajo a una cafetería o un bar durante algunas horas. Puede que una cafetería sea un entorno agradable donde trabajar por un rato, pero presenta varios riesgos fundamentales para nuestra ciberseguridad. No solo sus redes Wi-Fi son poco seguras, sino que además nuestra pantalla y nuestro teclado quedan a la vista, y cualquier persona podría observarnos al teclear una contraseña o redactar un correo.
Solución: La solución más sencilla es, simplemente, evitar las cafeterías y otros espacios públicos para trabajar desde ellos. Si es indispensable acudir a una, puedes utilizar una VPN para proteger tu conexión y prevenir cualquier filtración a través de su red Wi-Fi. También es fundamental elegir un asiento que nos permita ocultar nuestra pantalla al resto de personas, y evitar hablar por teléfono o en voz alta sobre temas laborales confidenciales.