Todos tenemos en mente la imagen de los imanes que nos enseñaban en el colegio, gracias a los cuales entendíamos el magnetismo, aunque lo cierto es que tienen muchos usos en el día a día, además de explicar a los estudiantes por qué funcionan las brújulas.
De hecho, ahora mismo son imprescindibles en varias industrias y hay empresas como Magnetplastic que se dedican a fabricar todo tipo de imanes para satisfacer la demanda de sus clientes.
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La industria alimentaria es una de las que más se beneficia de ellos
Cuando compramos comida en un supermercado queremos que no haya objetos extraños, más si son tan peligrosos para la salud como las partículas metálicas, las cuales casi siempre están muy afiladas.
En el proceso de transformación de los alimentos se pueden aportar trozos de metal. Por ejemplo, máquinas de recolección que sufren averías y dejan fragmentos de tornillos en una cosecha de tomates.
Lo mismo ocurre en la propia fábrica, en donde los trabajadores pueden llevar algunos objetos de este tipo que caen a los alimentos (aunque suele haber una prohibición expresa de portar anillos, relojes, etc.) y eso también puede ocurrir con las propias máquinas por las que pasan los alimentos.
Así, los imanes hacen una labor impagable, retirando todos los metales que están presentes en la comida que nos vamos a llevar a la boca.
Se usan en el mundo de la moda
Si nos vamos a un sector completamente distinto, como la moda, también notaremos que hay presencia de imanes de muy pequeño tamaño en este caso.
Se pueden ver en los desfiles de moda si la ropa está hecha de un tejido resistente, pues permiten que las modelos se cambien de inmediato sin tener que ajustar cremalleras y botones.
También hay pequeños imanes en accesorios como collares, pulseras y pendientes, que se aprovechan de la fuerza del magnetismo para unir el cierre de forma muy sencilla y sin esfuerzo.
No existiría la electrónica sin ellos
Vivimos rodeados de electrónica, pero esta no existiría sin los imanes, que en muchos casos son electromagnéticos, lo que quiere decir que solo funcionan cuando pasa la electricidad por ellos.
Otros son imanes corrientes, como los que encontramos en los altavoces del ordenador, del coche, o en esos inteligentes que ahora están en todas las viviendas y con los que encendemos las luces.
En verano los ventiladores que nos permiten estar algo más frescos también los llevan en su interior, al igual que cientos y cientos de aparatos que nos hacen la vida más cómoda.
Incluso se usan para decorar
Hasta en la industria del turismo y la decoración es posible ver imanes, puesto que en las típicas tiendas de souvenirs vemos imanes para la nevera con todo tipo de motivos.
De igual forma también están en los señaladores de los libros, pequeñas pizarras que se pegan en las neveras, los relojes que compramos en los viajes con la idea de adornar nuestras habitaciones, etc.
Sin la presencia de los imanes, esta industria lo tendría mucho más complicado, pues no podrían vender nada que se quedase pegado a los metales de esa forma.